1.- Graco no irá a prisión
2.- Las redes
3.- El festejo
4.- Dinero sin revisión a Uni
1.- Si se tuvo la intención de llevar a Graco a Prisión, fue en los días de campaña y en los primeros después del triunfo en el 2018.
El equipo empezó a trabajar sobre el caso, y se preparó todo para tal fin. Todos se tenía en perfecta sincronía a partir del uno de septiembre, con la llegada de la pasada legislatura, donde se prepararían las cosas, de tal suerte, que fuera imposible la escapatoria del ex gobernador, pero algo sucedió y lo que tenía buen ritmo, empezó a ser lento, lo suficiente para pesar que nada se haría, pero sin decir nada, sólo dejar pasar los tiempos hasta que se viera que sería imposible ver al tabasqueño con el traje a rayas, hasta si el propio implicado se presentara con pruebas en su contra, por el entramado que tejió.
¿Lo sabía el Cuauh y el equipo?. Pregúntenles.
Lo he explicado otras veces, lo reitero hoy, en una versión que no descarto como viable, por lo menos tiene una lógica como para que se piense en su factibilidad, puesto que se empezó a frenar el proceso hasta que todo quedó en simples declaraciones que ponen en evidencia que se desistió, lo que bien puede ser porque se dieron cuenta de que no era posible, pero, ¿cuáles fueron las razones de tan repentino cambio en feudo del Cuauh?.
Se sabía que con el actual fiscal, Uriel Carmona, todo tendría un cariz de imposible, por lo que se le debería marginar, y se empezaría por aprobar una nueva ley del notariado, sin embargo, llegó septiembre del 2018; los festejos no se hicieron esperar.
No se volvió a hablar del tema de la citada ley; el pretexto fue que podría causar problema con los notarios.
La verdad es que se dejó de tener la intención de hacer justicia, no se tocó más el asunto. Algunos legisladores fueron a visitar a Urielito, por si algo se ofrecía; se hicieron retratar con él para enviar el mensaje de que el arroz se había cocido.
De la ley ni un comentario; la cuestión se fue a la generalidad; otras cosas vinieron, se fue olvidando el tema y la ciudadanía no dijo ni pío, conforme a su costumbre; los partidos políticos, menos, los diputados llevaron la ley al cajón más profundo de sus escritorios y le cantaron una canción de cuna para que no se despertara nunca más.
Así se fueron los tres años. Un día la legislatura finalizó.
Si en septiembre se aprobaría la ley, el uno de octubre tomaría posesión el Cuauh, el dos se quitaría al fiscal, el tres se tendría otro y del cuatro en adelante a buscar a Graco hasta llevarlo tras las rejas, pero de todo lo que se había planeado, sólo se cumplió con lo del uno, que el futbolista llegara a la silla para ser el gobernador y desde ahí ver pasar los días, hacer alguna declaración en contra del fiscal y del tabasqueño, pero nada que no se pudiera resolver con el silencio y que nadie se moviera.
Ahora no queda más que esperar a que Uriel sea detenido por autoridades federales para dejar de ser el fiscal, aunque me temo que lo de llevar a la cárcel al ex gobernador, no será realidad. Correrán tres años más hasta llegar al 2024.
Que nadie haga corajes, Graco está a salvo, y su única preocupación dormir en paz.
2.- Las redes sociales se cayeron; fueron seis horas, para algunos de paz, para otros de pérdida de negocios. Igual la semana pasada y el lunes otra vez. Acostumbrarse al error.
3.- En pleno centro de Cuernavaca un festejo religioso, sin guardar sana distancia, sin el cubrebocas o traerlo de gargantilla, como si pensaran que la protección no se requiere.
4.- Parece que los diputados entregarán dinero a la uni sin revisar programas, gastos, nónima, objetivos, simplemente aprobar y ya. Urquiza está feliz, tendrá dinerito y nadie le vigilará en qué se lo va a gastar. Fácil es ser rector.