Hoy, a las 11 de la mañana de este día, será un día y hora fatídico para los que habitamos este país, hoy se discute la mal llamada reforma al Poder Judicial …
La reforma judicial deja intactos los graves problemas de acceso a la justicia, exacerba los defectos del sistema y debilita lo que sí funciona bien.
La implementación de la reforma también impactará negativamente en los tiempos de resolución de los asuntos. De hecho, ello ya está sucediendo con la suspensión de labores del Poder Judicial federal.
Lo más grave de todo: la reforma le resta potencial económico a México. Sin embargo: el freno no existe. Parece una pesadilla, pero es la realidad.
El proceso de aprobación e implementación de la reforma judicial modifica las predicciones sobre el resultado de los juicios en curso y los futuros litigios.
En este nuevo contexto, es posible imaginar que algunas personas que pretenden llegar a ser jueces, aprovechen este remolino y busquen generar compromiso que les den la facilidad económica de jugar y por qué no también de algunos que están actualmente, estén dispuestos a lograr su «haber de retiro» con algunas sentencias relevantes o busquen congraciarse con el despacho en el que quieren pedir trabajo. Sin duda, es un momento ventajoso para muchas personas que sabrán mover los hilos invisibles del sistema.
No lo vemos por otro lado que ese panorama, el de la desaparición de la autonomía e independencia judicial, cambia el riesgo de incumplimiento contractual para todas las empresas y bancos que operan en México. No importa, como señala la Presidenta electa, porque que en Estados Unidos también eligen a sus jueces locales por voto -si, pero prácticamente a los de bagatela, no a todos, como los federales y los casos relevantes los determina un jurado- . Sin embargo, ese no es el problema.
El asunto está en desestabilizar el funcionamiento rutinario del sistema de justicia y, con ello, cambiar de un día para otro los riesgos asociados al incumplimiento de contratos y la posibilidad de éxito en el juicio respectivo.
Creo que la mayor dosis de incertidumbre va a estar en la primera fase; una vez removidos y sustituidos todos los jueces, en un par de años el sistema generará nuevos patrones de comportamiento, aunque pierda independencia, confiabilidad y calidad. Sin embargo, mientras ello sucede, la incertidumbre judicial será la regla del juego. Estarían en la cuerda floja la mitad de juzgadores federales y locales, pero se desconoce absolutamente cuál va a ser el parámetro para decidir quienes se van primero, y quienes después, con absoluta violación a sus derechos laborales.
El tiempo es una variable que casi siempre beneficia a una de las partes y a la otra le cuesta dinero o le resta condiciones de vida. Por lo general, a quien está incumpliendo una obligación le conviene que el juicio se prolongue, y a quien demanda el pago o cumplimiento de un contrato le conviene que se resuelva lo antes posible.
Los juicios serán más largos pero sobre todo inciertos hasta que los nuevos jueces se “encanchen” si a costa de prueba y error, no de profesionalización porque el tiempo no da para ello, recordemos que una persona juzgadora no se hace al vapor ni sale preparada de la licenciatura ya lista, ni siendo litigante porque, se requiere preparación y especialización en cualquier materia y eso se adquiere a través de los años de estudio.
Con todo, lamentablemente, la sola aprobación de la reforma judicial va a generar un contexto ideal para los tramposos y los temerarios, es decir, para quienes busquen y necesiten hacer fortunas estirando los límites de la ley y manipulando con dinero el sentido de sus decisiones, porque tendrán que pagar lo que se les invirtió para sus campañas o bien correspondiendo con sentencias a modo de quien sea su patrocinador, así que será entonces cuando la gente que ahora grita y señala como Fuente Ovejuna, que se vayan los jueces actuales y que vengan los que se decidan por votos, será cuando se advertirá el grave error de transgredir la independencia judicial, para entonces será demasiado tarde, y para enmendar el actual error, costará mucho trabajo a este país, pero sobre todo a quienes tengan necesidad de acudir a defender su acceso a la justicia. Y por otro lado, la lentitud del sistema de justicia casi siempre beneficia a quien no quiere o no puede cumplir sus obligaciones.
Se acaba de determinar la desaparición de varios órganos autónomos constitucionales, entre ellos, el de la transparencia, semejante situación que pasó inadvertida para muchos mexicanos que están más pendientes de lo qué pasa en un Reality show, que se llama la casa de los famosos, que de la defensa de sus derechos, nos hace cuestionarnos hacia donde se está llevando a este país, por quienes dirigen su destino, que al pueblo lo mantienen aletargado con frivolidades, mientras se destruye, no sólo a uno de los poderes que forman parte de ese pueblo y que defienden a ese pueblo, pero que además lo avanzado en más de 30 años, se está yendo al olvido, por no decir a la basura, pues no solo se trata de quienes se quedan sin trabajo, que por supuesto son importantes, y sus derechos laborales deben ser respetados, sino de qué esas instituciones sea el Poder Judicial en ambos fueros o los organismos autónomos, se les desconoce como el resultado de luchas ciudadanas, de compromisos internacionales , pero sobre todo de la división de Poderes; hoy todo eso está contra la pared, pero es más importante en este país al que a su ciudadanos los han tratado como subdesarrollados, al meter en su mente, que es más importante salvar de una expulsión a Personas que hoy tienen más peso en las redes sociales que la importante y fundamental labor que hacen los juzgadores y esos órganos constitucionales.
Hoy inicia el nuevo curso en las Universidades, me surge una gran preocupación: que les vamos a enseñar a nuestros alumnos, si el sistema que conocemos está por destruirse, por el capricho, la viceralidad y la revancha de un sector en este país? Siento que las ilusiones de los jóvenes alumnos que piensan en la Justicia empezarán a morir para dar paso a las conveniencias …
Me dueles México !
