Muchos de Ustedes no lo vivieron o no lo recordarán, en el año de 1976, cuando no había más que una sola opción en el sistema político mexicano y el órgano electoral estaba subyugado al gobierno federal, el candidato del PRI fue el único a la Presidencia, José López Portillo, quien se atrevió a recorrer el país dando disertaciones elocuentes en las que prometía, como todos los candidatos que ha habido hasta la fecha, una nueva era para México.
Quienes acudimos a sufragar el domingo 4 de julio para “escoger” al presidente del sexenio 1976-1982, a diferencia de lo que se vaticina para el 2024, en la boleta sólo aparecía el nombre de José López Portillo y Pacheco, postulado por los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y los paleros o comparsas de entonces, el Popular Socialista (PPS) y el Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM).
En esa votación nadie compitió oficialmente contra el dinosaurio en el poder. En ese entonces, el partido Comunista Mexicano apoyó al líder de izquierda Valentín Campa. El efímero Partido Femenino postuló a Mariana González del Boy. Ninguno tenía registro oficial por lo que los votos que obtuvieron fueron anulados.
Pablo Emilio Madero Belden, político coahuilense debió haber sido el candidato del Partido Acción Nacional, no lo fue debido a razones de postulados del mismo. Acción Nacional realizó su Convención Nacional de Elecciones de 1976 en las que, Madero obtuvo el 73% de la votación, pero el estatuto señalaba que para competir era obligatorio alcanzar el 80%, al actuar con apego a la norma electoral dejaron campo libre para López Portillo.
Lo sucedido en esa votación fue una patraña comicial para nombrar al nuevo Ejecutivo Nacional, lo que fue de mero trámite YA QUE, CON UN SOLO VOTO GANABA, dolosamente la realizaron para consolidar en el poder presidencial y en el poder político nacional a un partido que hoy es solo un ridículo ejemplo de la corrupción para el partido hegemónico MORENA.
A propósito, el lema de campaña del “JOLOPO” era “la solución somos todos”, que hacía un recordatorio de que los graves problemas del país requerían de la participación ciudadana.
Las promesas de campaña cambiaron radicalmente. La grave crisis económica y la ostentosa corrupción que plagó a su administración dieron pie a que los mexicanos terminamos burlándonos de ese lema, cambiándolo por “la corrupción somos todos”.
En la actualidad han sido varios los actores políticos que piden piso parejo. Petición hecha al rector político nacional Andrés Manuel López Obrador, así como a su consistorio MORENA para que el proceso electoral se haga con toda medida legal, respetando tiempos, presupuestos y movimientos.
Han pasado casi cuarenta y seis años desde aquellos días y la corrupción sigue siendo un cáncer que carcome a nuestras instituciones y preocupa enormemente a la sociedad.
Hoy, tenemos muchos partidos políticos en la contienda electoral. Pero las “corcholatas” morenistas nacionales y estatales con sus acciones pre electorales, con el auspicio del gran elector, reiteran que, efectivamente, la corrupción somos todos.
En el escenario político han aparecido leyendas que dicen:
“Es Claudia”
“Que siga López, estamos Augusto”
#AdánVa
“Con Marcelo si”
En Morelos
4M = 4T
RS24
No sorprende el desencanto, el disgusto y la indiferencia con la que muchos ciudadanos responden a esos mensajes. Cuando en un país prevalece el desconocimiento de la institución y a la norma electoral, los partidos y los “asesores” políticos encuentran la forma para sacar ventaja electoral sin sanciones porque “oficialmente” no violan la ley. Sí queremos que México cambie, si queremos que un día nuestro país ya no sea lastimado por la corrupción, es necesario convencernos de que más allá de la 4T, la solución sí está en nosotros, está en nosotros que, la realidad del país pase de “la corrupción somos todos” a “la solución somos todos”.
¡Amigos la semana tiene siete días y gracias a Dios es viernes!