“Quien esto lea debe saber también
Que a pesar de todo
Los muertos no se han ido
Ni los han hecho desaparecer”
David Huerta
En su poema “Ayotzinapa”
q.e.p.d.
La intransigencia y el monopolio de poder se alimentan de arengas de propiedad y de derechos de la libertad de expresión emanadas desde el rosario mañanero, incitando al agravio público de aquellos que AMLO describe como sus adversarios que democráticamente si existen.
Esas arengas que a diario López Obrador dirige a los que piensan diferente a él, directa, indirecta o veladamente ante el “olvido” de cómo se llama ese periodista, diciendo en su forma jocosa que el aburrimiento nos invadiría si todos pensáramos igual.
Ese sermón que es difundido a las regiones más distantes, al auditorio que tiene embebido con su diaria diatriba a los comunicadores y periodistas, hicieron mella en la persona de la politóloga Denise Dresser Guerra a quien este dos de octubre bochornosamente fue abucheada por la multitud e indignamente corrida de la plancha del Zócalo capitalino entre empujones y gritos, protegida por un grupo de madres con hijos desaparecidos, quienes se abrazaron para resistir la embestida de los reaccionarios manifestantes.
La politóloga, quien portaba un pañuelo verde, de igual forma fue receptora de epítetos como la de no ser verdaderamente feminista, tonta provocadora, de ser farsante, burguesa, vocera del neoliberalismo, y que iba, de manera protagónica sin tener la esencia de la 4T, solo a colgarse de un movimiento que ha luchado contra la represión de los colectivos.
Ahora si, como dice el refrán, a la autodenominada activista “se le apareció Juan Diego y sin ayates”, diversos ideólogos y políticos externaron su apoyo a la profesora, como el ex legislador Fernando Belaunzaran, quien atribuyó la agresión a “porros obradoristas”, pero ella demostró su debilidad al confiar en que sería aceptada dentro del núcleo activista.
López Obrador debe ser tolerante y radiar esa actitud a sus belicosos seguidores e impedir que ante una supuesta provocación reaccionen con esa ira que expone a cualquier persona, él mismo ha promovido la tolerancia, el 22 de mayo de 2019 expresó: «Vamos a ser tolerantes, ¿sí o no? ¿O tolerantes cuando se trate de lo que nos acomoda? ¿O realmente vamos a tener espíritu libertario auténtico y vamos a respetarnos, aunque no se piense lo mismo, aunque no tengamos la misma religión, aunque no tengamos la misma cultura? Ya basta también de hipocresías, vamos a actuar con autenticidad».
Hechos que se han dado desde el 68, son ejemplo de tragedias incentivadas en lo dudoso, San Miguel Canoa, Puebla es uno de ellos, al tañer de la campana, se vistió de sangre el 14 de septiembre de ese año, cuando una turba azuzada por el ignorante párroco local atacó hasta el grado de linchamiento a un pequeño grupo de estudiantes y trabajadores de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
Huauchinango, Puebla es otro caso, surgieron rumores a través de WhatsApp acerca de personas desconocidas que se encontraban en la zona para robar a menores de edad, los habitantes lincharon a un joven Abogado a quien confundieron como “roba chicos”, posteriormente se le identificó como Asesor de la Cámara de Diputados de ese estado.
“Jamás pensé vivir en un país donde jóvenes me insultaran por manifestarme contra la militarización y contra la impunidad, jamás pensé vivir en un país donde se corriera a alguien del Zócalo” expresó la politóloga.
Denise Dresser, a quien no defiendo, con sus comentarios provoca reflexión, provoca análisis crítico, provoca reacción y como mexicana libre, tiene el derecho de expresarse en donde ella quiera, el Zócalo no tiene dueño. Dijo Voltaire “defenderé hasta la muerte su derecho a decirlo” yo agregaría: defenderé su derecho a expresarse con entera libertad.
López Obrador, mencionó que vivimos un proceso de transformación y debemos buscar la completa libertad. Siempre de manera pacífica y haciendo a un lado la hipocresía para que perdure la verdad.
Un comentario bastante contradictorio viniendo de él, quien acosa y acusa a quienes no están de acuerdo con su manera de pensar o actuar.
Fundamentalmente, AMLO, al decir que no condenará la agresión a Denise Dresser por “respeto a la libertad de expresión”, mantiene viva su descalificación.
El hostigamiento promovido por un presidente que prometió ser tolerante se ha convertido en ataque en contra de quienes piensan diferente al régimen, muchos varones periodistas han sido señalados como dañinos a la 4T y ahora son las mujeres, primero Carmen Aristegui y ahora Dresser.
Tolerancia, recordemos que no hay mal que dure seis años.
Amigos les dejo un saludo con afecto.
