COMENTARIO A TIEMPO
EL APOCALIPSIS QUE DEBEMOS FRENAR (II)
SEGUNDA PARTE
Continuamos con el llamado que hace a la humanidad toda el reconocido lingüista y pensador estadounidense Noam Chomsky para frenar unidos el apocalipsis que desde tiempo atrás en forma cierta llevan a cabo el presidente estadounidense Donald Trump y otros mandatarios a su servicio. Recuérdese que la convocatoria la hizo en la reciente inauguración de la Cumbre Internacional Progresista:
“Las manecillas del Reloj del Apocalipsis, continúa Chomsky, fueron establecidas poco después de que las bombas atómicas fueran usadas en un paroxismo de matanza innecesaria. Las manecillas han oscilado desde entonces, a medida que las circunstancias globales han evolucionado. Cada año que Trump ha estado en el cargo, las manecillas se han acercado a la medianoche.
Hace dos años se acercaron como nunca. El pasado enero, los analistas abandonaron minutos, y cambiaron a segundos: 100 segundos para la medianoche. Citaron las mismas crisis que antes: las crecientes amenazas de la guerra nuclear y de catástrofe medioambiental, y el deterioro de la democracia.
Esta última podría parecer fuera de contexto a primera vista, pero no lo es. El deterioro de la democracia es un miembro que encaja en este trío sombrío. La única esperanza de escapar de las dos amenazas de extinción es una democracia vibrante en la que ciudadanos preocupados e informados participen plenamente en la deliberación, la formación de políticas y la acción directa.
Eso fue el pasado enero. Desde entonces, el presidente Trump ha amplificado las tres amenazas, no un logro insignificante. Ha continuado su demolición del régimen de control de armas que ha ofrecido alguna protección contra la amenaza de una guerra nuclear, a la vez que persigue el desarrollo de armas nuevas aún más mortíferas, muy para el deleite de la industria militar.
En su dedicado compromiso por destruir el medio ambiente que sostiene la vida, Trump ha abierto nuevas y vastas áreas para perforar, incluyendo la última gran reserva natural. Mientras tanto, sus secuaces están desmantelando sistemáticamente el sistema regulatorio que mitiga de algún modo el impacto destructivo del uso de combustibles fósiles, y que protege a la población de químicos tóxicos y de la contaminación, una maldición que ahora es doblemente mortal durante una grave epidemia respiratoria.
Trump ha llevado también hacia adelante su campaña para socavar la democracia. Por ley, los nombramientos presidenciales están sujetos a la confirmación del Senado. Trump evita este inconveniente dejando las posiciones abiertas y, en cambio, llenando las oficinas con “nombramientos temporales” que responden a su voluntad: y si no lo hacen con suficiente lealtad al señor, son despedidos. Ha purgado al ejecutivo de cualquier voz independiente. Solo quedan los aduladores.
El Congreso estableció hace mucho tiempo Inspectores Generales para monitorear el rendimiento de la rama ejecutiva. Empezaron a mirar en el pantano de corrupción que Trump ha creado en Washington. Este se encargó de ello rápidamente al despedirlos. Apenas si hubo quien se asomó en el Senado Republicano, asegurado en el bolsillo de Trump, con algo de destellos de integridad que les quedaba, aterrorizados por la base popular que Trump ha movilizado.
Esta arremetida contra la democracia es sólo el comienzo. La última jugada de Trump es advertir que podría no abandonar el cargo si no está satisfecho con los resultados de las elecciones en noviembre. La amenaza es tomada muy en serio en las altas esferas.
Para mencionar unos ejemplos, dos respetados comandantes jubilados de alto rango publicaron una carta abierta al presidente del Estado Mayor Conjunto, general Milley, revisando su responsabilidad constitucional de enviar al ejército a destituir por la fuerza a un “presidente ingobernable” que se niegue a abandonar el cargo después de una derrota electoral, añadiendo a su defensa los tipos de unidades paramilitares que este despachó a Portland, Oregon, para aterrorizar la población por encima de la fuerte objeción de los funcionarios electos. CONTINUARÁ.
Periodista y escritor; Presidente del Colegio Nacional de Licenciados en Periodismo, CONALIPE; Secretario de Desarrollo Social de la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP; Presidente fundador y vitalicio honorario de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, FAPERMEX, miembro del Consejo Consultivo permanente del Club Primera Plana, Doctor Honoris Causa por la Universidad Internacional y Académico de Número de la Academia Nacional de Historia y Geografía, ANHG. Agradeceré sus comentarios y críticas en teodoro@libertas.com.mx, teodororenteriaa@gmail.com Nos escuchamos en las frecuencias en toda la República de Libertas Radio. Le invitamos a visitar: www.felap.info, www.ciap-felap.org, www.fapermex.org, y www.clubprimeraplana.org, el portal www.libertas.mx e IRRADIA NOTICIAS.