Ante la carencia de una oposición vertebrada, sólida, con proyecto político propio y un programa de acción capaz de hacer frente a un gobierno cuya estrategia populista sigue manteniendo las preferencias electorales a su favor, rumbo a las elecciones del 2024, las probabilidades de una candidatura ganadora, surgida del PAN, el PRI o el PRD, se reducen casi a nada.
Un perfil que pudiera dar la batalla a cualquiera de las “corcholatas” de López Obrador difícilmente se podrá encontrar entre los dirigentes nacionales de los principales partidos políticos. Por eso, las miradas se han puesto alrededor, entre las nuevas generaciones, aunque, por cierto, tampoco hay tanto que pueda destacarse, porque el regreso de los de siempre, pero ahora ya no por el PRI, sino en Morena, ha seguido concentrando el poder y cerrando el paso a quienes pudieran relevarlos en la escena pública.
En las últimas semanas se han multiplicado las publicaciones en redes sociales y medios de comunicación, las encuestas y las polémicas que incluyen a Luis Donaldo Colosio Riojas, como posible candidato presidencial, con un perfil competitivo, hijo del finado Luis Donaldo Colosio Murrieta, arteramente asesinado cuando hacía campaña rumbo a la presidencia de la República en 1994.
Al joven Colosio Riojas lo señalan, sobre todo quienes ven en él un riesgo de que pueda tener un crecimiento político inusitado y así convertirse en el punto de unión de las oposiciones, de no tener experiencia política, pero eso no es del todo cierto. Tiene más experiencia que muchos de los que lo critican.
Luis Donaldo, abogado de profesión, nacido como su padre en Magdalena de Kino y avecindado en Monterrey, está por cumplir los 37 años de edad. Ya se probó en las urnas como candidato a diputado, ganador, por el IV Distrito local electoral en Nuevo León, en el año 2018. En el 2021 volvió a postularse, ahora para la presidencia municipal, cargo que actualmente desempeña, y en ambas ocasiones fue registrado por Movimiento Ciudadano.
Colosio Riojas, quien estudió una maestría en derecho y un diplomado en financiamiento y medios de pago internacionales, está casado y tiene dos hijos, aparece ya en las encuestas, en todas las encuestas en las que se le incluye, entre los posibles candidatos presidenciales con mayor preferencia electoral, incluso por encima de varias de las “corcholatas” de Morena.
Y aunque todavía no ha hecho público si tiene aspiraciones a la candidatura, ya se está conformando un movimiento social espontáneo que, desde la sociedad civil, al margen de los partidos políticos, lo quiere impulsar como un candidato que pudiera sumar a partidos y organizaciones civiles, en un gran frente opositor. Esta historia apenas comienza, pero como dice la sabiduría popular: “si el río suena es que agua lleva”.
Y para iniciados
En las cúpulas del PRI, las verdaderas, no las formales, ya se dieron cuenta de que al régimen actual le conviene que Alejandro Moreno Cárdenas “Alito” siga al frente de su partido, para que transfiera el desgaste de su dirigencia al tricolor. Hasta podrían frenarse, desde muy arriba, las cacareadas demandas en su contra, orden que no caería nada bien a Layda Sansores. De ahí que, sus detractores continuarán en su esfuerzo para que renuncie a la presidencia del CEN y ya lo citaron de nuevo a un cónclave de expresidentes nacionales, del que, por lo menos, volverán a salir chispas.
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