Privilegiar siempre el dialogo en cualquier tema en el que se disienta, será invariablemente una de las formas más modernas y racionales en las que se debe concluir cualquier confrontación; es más, se podría decir que es mejor dialogar y llegar a acuerdos y “no balazos”. Pero ¿En qué consiste la mediación?
Desde luego, que se debe distinguir la mediación privada de la pública; es decir, en la mediación privada, cada una de las partes involucradas determina y escoge a su mediador privado; mientras que una mediación pública se otorga a través de los Centros de Justicia Alternativa, los cuales son Instituciones en las que se opera a través de operadores al servicio del Estado.
Pues bien, la mediación es una forma alterna o mejor conocida como un mecanismo de solución integral de conflictos entre dos o más personas, en la que de manera voluntaria las partes involucradas pueden acceder intrínsecamente a buscar o construir una solución satisfactoria de su litigio, con la asistencia de un tercero imparcial, evitando de esta manera llegar a una instancia judicial. Método de solución de conflictos que podemos encontrarlo en materia de procuración de justicia penal, también en la laboral, familiar, en la administrativa entre otras.
La mediación tiene como objeto la prevención o la solución de una controversia por medio de un procedimiento de reglas claras, mediante la celebración de convenios, en los cuales se pactan los acuerdos consentidos por las partes. Cuando la mediación se realiza ante la autoridad correspondiente, podrá alcanzar el valor de cosa juzgada, lo que se podría traducir a tener los mismos efectos de una sentencia definitiva emitida por un tribunal, siempre y cuando se cumplan los requisitos exigidos por la ley y la normativa aplicable.
El magistrado Juan Francisco Mejías Gómez, español y estudioso de la mediación, particularmente en su obra «La mediación como método adecuado de resolución de conflictos en el ámbito familiar» ha preferido usar el término de «método adecuado», en lugar de «alternativo», puesto que la mediación no es, ni puede ser, excluyente de la posibilidad de acceso a la vía judicial como derecho humano fundamental tal y como lo establece la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU.
No se debe perder de vista que la reparación del daño en este tipo de mecanismos no es solo material, ya que para muchas personas basta el recibir una disculpa pública o un perdón, como método curativo de paz y de Justicia. Por ello, la base del entendimiento social debe ser el dialogo y la mediación una vía de solución que nos sitúe en un verdadero Estado de Derecho, tomando en cuenta que sin justicia, el único camino por venir es aquel basado en la anarquía y descontrol social.
