Tras varios días de ausencia estamos reapareciendo con nuestros Cintarazos este martes, deseando todo género de felicidades a nuestras cabecitas blancas, a todas las madrecitas de Morelos. Comencemos.
El jueves de la semana pasada hubo cambio de magistrado presidente en el Tribunal Superior de Justicia de Morelos (TSJ). Salió Rubén Jasso Díaz, luego de haber conseguido la unidad de sus compañeros en el Pleno, a fin de alcanzar importantes acuerdos, y en su lugar fue electo el abogado Luis Jorge Gamboa Olea, cuyo ascenso en la judicatura de nuestro estado se ha debido, simple y sencillamente, a su esfuerzo y probada capacitación. Llega a la presidencia del TSJ por méritos propios y no endosado en propiedad de nadie. A las pruebas me remito.
Conozco a Luis Jorge Gamboa Olea desde sus inicios en el Derecho. Y por eso a continuación haré un resumen de su extenso currículum.
Es licenciado en Derecho egresado del Centro Internacional de Estudios Superiores de Morelos, cursando posteriormente varias especialidades, entre ellas, una en Ciencia Jurídica Penal por el INACIPE de la UNAM; y otra en Derecho Probatorio por la Universidad de Medellín, Colombia. Ha sido maestro en Política Criminal por el citado Instituto Nacional de Ciencias Penales (INACIPE), y maestro en Derecho Penal y Criminalística por la Escuela de Derecho, Postgrados y Práctica Jurídica.
Asimismo, se ha desempeñado como capacitador certificado por méritos por el Comité de Capacitación de la Secretaría Técnica del Consejo de Coordinación para la Implementación del Sistema de Justicia Penal, en cumplimiento a la III Sesión Ordinaria del Comité de Capacitación celebrada el 8 de julio de 2010 y de conformidad a los lineamientos aprobados para el “Proceso de Certificación por Méritos”. Al respecto, fue capacitador certificado en el Sistema Acusatorio Adversarial por la Comisión Nacional de Tribunales Superiores de Justicia. Es importante subrayar que es uno de los dos jueces a nivel nacional, certificado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, como capacitador de capacitadores; y capacitador certificado por el Instituto Nacional de Litigación Oral de los Estados Unidos de Norteamérica.
Luis Jorge Gamboa Olea ha escalado poco a poco la intrincada pirámide del Poder Judicial morelense y en la procuración de justicia, siempre con gran tenacidad, demostrando sus alcances académicos, responsabilidad y verticalidad. Por ejemplo, fue asesor jurídico en el Registro Civil de Morelos, en la Oficialía 1 (hace muchos años); pasó por la extinta Procuraduría General de Justicia de Morelos, donde fungió como analista especializado, auxiliar de Ministerio Público, agente del Ministerio Público titular, jefe de las Agencias del Ministerio Público en turno del Sector Central, y director general de Averiguaciones Previas y Procedimientos Penales de la Subprocuraduría Metropolitana. Aquí es importante subrayar su carrera siempre ascendente.
En el Tribunal Superior de Justicia de Morelos, ni se diga: fue Secretario de Estudio y Cuenta de la Segunda Sala del Primer Circuito; Secretario de Acuerdos Penales del Juzgado Quinto Penal de Primera Instancia; Juez de Primera Instancia, de Control, de Tribunal Oral y de Ejecución del Tercer Distrito Judicial. Y el 4 de junio de 2014 fue nombrado magistrado numerario del Tribunal Superior de Justicia. Debo destacar que fue el juez que presidió la primera audiencia de control y el primer Tribunal de Enjuiciamiento en Morelos.
En la actividad académica ya se imaginarán ustedes. Entre muchas actividades fue capacitador en los cursos de habilitación sobre el nuevo sistema de justicia penal a aspirantes a jueces en los tribunales superiores de justicia de los estados de Baja California, Guerrero, Colima, Sinaloa, Campeche, Puebla, Hidalgo, Tlaxcala, Jalisco, Ciudad de México, Estado de México y Guanajuato. Y ha sido catedrático en por lo menos 13 universidades de México y en el extranjero impartiendo las cátedras de derecho penal 1, derecho penal 2, criminología, derecho penitenciario, introducción al derecho penal, teoría del delito, delitos en particular I y II, derecho procesal penal y sistema acusatorio adversarial. Etcétera, etcétera.
Hoy quise salirme de temas ciento por ciento políticos, como son los hechos acaecidos en días recientes en el Poder Legislativo, para dedicar mi columna a un hombre que alcanzó la titularidad del Tribunal Superior de Justicia por su prolongada carrera laboral, profesional, académica y judicial. Nadie puede endosarlo en propiedad de nadie, pues fueron sus méritos y reconocido esfuerzo los que lo convirtieron la semana pasada en sucesor de Rubén Jasso Díaz. Se acercan importantes transformaciones en el multicitado Tribunal. Vaya mi sincero reconocimiento a Luis Jorge Gamboa Olea.
