Ni duda cabe que el estilo bananero del tabasqueño Andres Manuel López Obrador, se ha impuesto y se lleva las palmas en cuánto a dichos, dicharachos o decires; adjetivos, epítetos o apodos, casi todos denostativos contra quienes se le da la gana, para advertir, ofender, amenazar y atacarlos… La verdad es que las adjetivaciones, decires y dicharachos a veces inentendibles pero siempre sarcásticos, son incuantificables, aunque la mayoría de ellos ya resultan cansados por lo repetitivos, bien sea en lo cotidiano de sus mañaneras que en cualquier escenario donde se presenta para lanzar sus dardos, tanto en la Capital como en el interior del País… Lo anterior me hizo recordar también, los muchos epítetos, adjetivos, apodos, motes, alias o sobrenombres que en la mayoría de los casos sus mismos contlapaches o los perversos políticos y politiqueros les han aplicado a los presidentes de la República en turno; motes que el pueblo aprendió, corrigió, aumentó e hizo suyos multiplicandamente, en contra de cada Mandatario cuatrienal o sexenal, según los tiempos en que fueron “El Primer Mandatario del País” … De los tiempos no tan viejos de la Post Revolución Mexicana, a Victoriano Huerta se le llamó “El Usurpador”, “La Hiena”, “El Dipsómano”, “El Alcohólico”, “El Dictador”, “El Loco” y “El Asesino”, por el magnicidio artero del presidente Francisco I. Madero y el vicepresidente José María Pino Suárez… Pasados algunos años, llegó al poder presidencial Venustiano Carranza llamado “El Barón de Cuatro Ciénegas”, por ser originario de ese lugar en Coahuila; también fue apodado “El Barbas”, “El Presidente” o “Jefe Constitucionalista” y por su apellido provino el verbo “carrancear”, equivalente a robar, ello por todos los desmanes que cometían las tropas federales en los pueblos y ciudades a donde llegaban, arrasaban, violaban o se robaban lo que encontraban a su paso en la Revolución… Llegado al poder Álvaro Obregón, quien perdió un brazo en Batalla y y por ello fue llamado “El Manco de Celaya”… Tras el asesinato de Obregón que se achaca a su sucesor Plutarco Elías Calles, cuando este llegó a la Presidencia ya era conocido bajo el apodo de “El Árabe”; luego fue llamado “El Asesino” y “El Hombre del Maximato», porque al término de su Gobierno como Mandatario Nacional, ejerció el poder a corta distancia en los cuatrienios de Abelardo L. Rodríguez, cuyo epíteto o adjetivo fue “El Gang” o “El Truhan”, equivalente hoy a Narco, pues debe recordarse que amén de quedarse con las tierras que quiso en la Baja California, entonces sin frontera con los Estados Unidos, por esos rumbos como Gobernante permitió y estableció Casinos a donde concurrían por miles los jugadores estadounidenses y los nacionales; abrió el Hipódromo de Agua Caliente -que fue su residencia-, actual propiedad de Carlos Hank Rhon, donde el juego, alcohol, la prostitución y drogas fueron protegidos por ese gobernador quien llegó a la Presidencia de la República, por lo cual el epíteto de “El Gang” le quedó a modo y de tal manera puede decirse que con Abelardo se iniciaron la narcopolítica, el narcopoder y el narcogobierno en este País; también se le puso como apodo “El de Río Frío”, como símil por los bandidos de ese rumbo poblano… Pascual Ortiz Rubio, a quien simplemente se le conoció como “El Profe”, al igual que el anterior siempre estuvieron bajo la sombra de Plutarco, como también Emilio Portes Gil, de quien sólo recuerdo su apodo de “El Tamaulipeco”, por ser procedente del Estado de Tamaulipas, quien por cierto mucho tiempo pasaba y paseaba por el Centro de Cuernavaca, alojado en el entonces llamado Hotel Bella Vista, ya que Elías Calles tenía su Mansión entre las avenida Morelos y Álvaro Obregón, hoy gran macrotienda…(Continuará). ¡Hasta mañana que será un día más!
APODOS: LOS DE AMLO, LOS PRESIDENTES, Y EL PUEBLO (Parte I)
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