Mucho se habla sobre la pandemia y sus variantes, además en muchas entidades están retrocediendo en los semáforos sanitarios, de verde a amarillo o naranja en algunos casos; pero es importante citar que las medidas de prevención no deben relajarse, porque la nueva normalidad que vivimos ya nos obliga, sin duda, a ser más responsables para evitar que crezcan los contagios; sin embargo, hay personas que se resisten a continuar con las medidas, caso particular con el uso de cubrebocas, cabe entonces preguntarse: ¿Es posible instituir obligatorio el uso de cubrebocas?
Existen entidades de la República Mexicana, que han interpuesto ante la Suprema Corte, una Acción de inconstitucionalidad como es la 48/2021, presentado por el estado de Nuevo León, en la que se asienta un precedente importante en términos de salud y de federalismo; es decir, que los estados pueden legislar y emitir leyes para que las personas usen de manera obligatoria el cubrebocas por motivo del COVID-19.
En otras palabras, lo que la Suprema Corte de Justicia de la Nación resolvió, fue que los Estados de la República, tienen atribuciones para generar medidas adicionales a las que establezca el Consejo General de Salubridad y la Ley General de Salud para proteger la salud de todas las personas.
Sin duda, como en otras ocasiones lo he referido, que las sentencias que emiten las autoridades jurisdiccionales, inciden y prevén la salud de las personas sin distingo y además velan por el bien jurídico tutelado a la salud y a la vida. En este caso, la sentencia faculta a los legislativos a crear leyes para obligar a las personas al uso de cubrebocas y dota inminentemente de instrumentos legales en momentos en donde la ciencia médica o la práctica, acredita que es una medida útil, viable y adecuada.
Pues bien, esta y otras medidas más deben regularse, para que en ese sentido, sean practicas ordinarias en nuestra vida y, sobre todo, crear una cultura de prevención para las presentes y futuras generaciones, ya que lamentablemente esta pandemia no será el único padecimiento que sufra la humanidad, porque nos amenazan otros fenómenos sanitarios, pero hagamos del buen vivir un momento saludable y brindemos garantía a los derechos humanos de todas y de todos.
