Era de esperarse un nombramiento en la nueva administración municipal acorde al papel que Israel Rafael Yúdico Herrera jugó en el pasado proceso electoral, y no debido a la cantidad de votos que su partido político -el Social Demócrata (PSD)- aportó para el triunfo de José Luis Urióstegui Salgado en la capital morelense, sino al impacto y la trascendencia que tuvo su disposición para aceptar e impulsar, desde un inicio, la candidatura del abogado.
En un principio, José Luis Urióstegui, siempre apoyado por su brazo derecho, Carlos de la Rosa Segura, iniciaron el proceso para registrar una candidatura independiente, de carácter ciudadano, alejada de los partidos políticos, convencido de que los resultados obtenidos en las dos anteriores veces en que se había postulado y las condiciones políticas prevalecientes en el 2021, auguraban buenas posibilidades de que la tercera fuera la vencida.
Pero no pudo ser así. De una u otra forma, Urióstegui se fue topando con impedimentos administrativos, parte como consecuencia de la pandemia, parte por la pésima forma en que opera la Hacienda Federal, desde que la Cuarta Transformación se hizo cargo de ella. Ya si hubo mano negra para poner más piedras en el camino, es otra historia. Enmedio de tales complicaciones, y ya con los tiempos electorales encima, es donde engrana Israel Yúdico, con quien comenzaron a dialogar y finalmente acordaron apoyar a Urióstegui Salgado con el registro a que tenía derecho el PSD.
Aunque sería sólo con eso, porque el PSD carecía de estructura, cuadros y recursos. El registro significaba la posibilidad de salvar el día. Lo demás se antojaba muy complejo, porque enfrentar la elección de Estado, que se advertía en curso, requería más que del registro del PSD y el buen nombre de Urióstegui Salgado. Así que, poco antes del anuncio de las conversaciones con el PSD, alguien, entonces cercano a Carlos de la Rosa, sugirió enfáticamente que buscaran al PAN para ir en alianza, toda vez que con el PRI o el PRD las posibilidades estaban totalmente cerradas. El resto de la historia ya la conocemos.
Yúdico Herrera comprendió muy bien el papel que ahora jugaría y dio su resto para apoyar en lo que estuvo a su alcance la candidatura de José Luis, haciendo una campaña que, a la vez, intentara la conservación del registro del PSD, con el mismo ahínco que mostró en la defensa de Cuauhtémoc Blanco, en la mesa del Consejo Municipal Electoral, en el 2015. No logró conservar el registro del PSD, pero sí formó parte del grupo ganador, aunque con los votos del Urióstegui, como candidato externo del PAN, habría sido suficiente.
Como sea, Israel Yúdico ha sido sensible y consecuente. De 2015 para acá ha acumulado experiencia en el sector público y no ha sido objeto de señalamientos. Es un hombre preparado académicamente y bien intencionado. Muy a tiempo se deslindó de sus antiguos aliados. Ahora inicia para él una nueva etapa como secretario de Administración de la comuna capitalina. También mis mejores deseos para que siga contribuyendo, como lo ha hecho desde el 2015, siempre en apego a la legalidad y el profesionalismo.
Y para iniciados
La trama sobre las fotografías en las que aparece el Cuau posando con miembros de la delincuencia organizada traspasó fronteras. Las declaraciones, con las que pretende justificarse sin dar explicaciones, como se dice coloquialmente, montado en su macho, de que no debe nada, que lo investiguen y que seguirá tomándose fotos con quien se lo pida, no terminan de convencer, sobre todo después de la aparición de las mantas que fueron mencionadas ayer en los medios nacionales, pues no han ni resuelto en dónde fueron tomadas esas fotos, con la reproducción del cuadro de “La última cena”, como fondo. La apuesta de su círculo cercano es a que con el paso de los días el tema se enfríe y sólo sea una raya más al tigre. Sus adversarios apuestan, por el contrario, a que se inicie una carpeta de investigación que pueda llevar al mandatario al juicio político. Hagan sus apuestas.
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