Más que un informe de acciones y actividades de los primeros 50 días de la administración, la gobernadora Margarita González Saravia, ubicó su liderazgo al definir el diálogo y el entendimiento como la política del gobierno, además de trabajar por el reencuentro de los morelenses.
Leer entre líneas, dicen los maestros, es elemental en el ejercicio periodístico; detectar el mensaje político durante la participación de los actores de ese ámbito, es fundamental. Precisamente la Gobernadora de Morelos dejó en claro que la sociedad en el estado se encontraba polarizada, bajo los influjos del encono y del desconocimiento de quienes «gobernaron»; era necesario fijar una postura, sutil si se quiere, pero quedó definido el camino a seguir para el resto del sexenio.
Una vez que le fue arrebatada, por la vía democrática, el último espacio de poder a los Bravo, Cuauhtémoc y Ulises, con la renovación del Comité Ejecutivo Estatal de Morena, era necesario dejar en claro que la ruta gubernamental del estado se realizará sin aceptar presiones ni malévolas influencias de los incómodos hermanos.
Este ejercicio de transparencia y rendición de cuentas fue un golpe en el escritorio ante las amenazas del equipo de los Bravo que se niega a dejar el control de diversos espacios; tan es real que Ulises Bravo Molina presume que en los próximos días será designado en un cargo al que tendrán que “ir a rendirle” los recién llegados.
Margarita González Saravia durante la campaña fue prudente y nunca se refirió, ni para mal ni para bien, al mandatario Cuauhtémoc Blanco; como gobernadora electa fue cautelosa en los tiempos y en la definición de los nombramientos sin aceptar las presiones para ratificaciones; ya como responsable de la administración, sin escándalos, ha limpiado las diferentes instituciones de personal non grato.
La siguiente etapa está por cumplirse ante la instrucción de que los responsables de cada área deben documentar entregar las observaciones del proceso de entrega-recepción a la Contraloría; un siguiente nivel se vivirá con las denuncias que se hagan llegar a las fiscalías y la posible judicialización de ellas.
Es secreto a voces que el grupo de los Bravo, con presencia en el Senado y en la Cámara de Diputados Federal, dentro del Consejo de Morena Morelos, tienen su mira en el ejercicio ciudadano de la Revocación de Mandato que, de acuerdo con la promesa de González Saravia, habrá de efectuarse en Morelos.
Antes de finalizar este 2024 conoceremos, ya con documentación y pruebas, nombres y áreas en donde se ejerció de manera incorrecta el dinero público; seguro serán señaladas conductas de tráfico de influencias y otros delitos en los que podrían haber incurrido hoy ex funcionarios.
Los primeros 100 días se cumplirán el 8 de enero de 2025; probablemente se repita el ejercicio, que insistimos, más que ser de transparencia y rendición de cuentas, se traduce en un mensaje político que hay que saber leer.