El próximo lunes sabremos quién es la Presidenta de México y todos los más de 5000 puesto de elección popular que están en juego.
Muchas preguntas y aquí las primeras….
¿Qué necesitamos? ¿Qué buscamos?
Un país próspero, en calma, venciendo la pobreza, cuidando el medio ambiente, llenándose de tecnologías sustentables, equilibrando fuerzas, siendo justo con todos sus habitantes, liderado por las mejores mujeres y los mejores hombres, eligiendo pacíficamente un nuevo gobierno y nuevos representantes, es el cuento que nos contaron y contamos y que, definitivamente, no está por suceder.
¿Algo nos está sucediendo?
Hay una especie de desahucio masivo, de crisis, de vacío, de desesperanza en el futuro que viene: candidatas y candidatos que habremos de elegir como acto de renuncia, como mero trámite, como resignación, así lo dicen quienes creen que tienen la elección ganada.
Pero, muchas y muchos en este amado país nos resistimos a que una elección tan importante sea de “mero trámite” no es Justo por quienes les han arrancado la vida y la tranquilidad por querer mejores condiciones de vida, porque ate país es una nación de auténticos luchadores sociales, de historia de revolucionarios incansables; por eso y muchas más razones, esto no puede ser un mero trámite!
¿Para dónde vamos?
En medio de un país violento, con territorios controlados por el crimen organizado y un millón de intereses siniestros, imponer o asesinar candidatos a conveniencia es tristemente una práctica común, y dadas nuestras condiciones, un riesgo sobreentendido del oficio.
¿Buscamos la democracia?
Y apostar por la democracia no es cualquier cosa: no es sólo lo que cuesta en dinero público, no es sólo apuntalar la institución, no es sólo coordinar hasta el último detalle, no es sólo el financiamiento a partidos y lo que se invierte en tiempo que se les otorga en medios, no es el elevadísimo costo de un proceso electoral, sino lo insatisfactorio que es ser espectador de tanto desperdicio.
¿A quién vamos a elegir?
¿Quiénes son nuestras candidatas y candidatos? ¿Son acaso personas espontáneas con grandes deseos de tomar las riendas de un proyecto para el cual se han preparado con toda seriedad? ¿Son probablemente líderes natos que no pueden tolerar más injusticias y se proponen encabezar cambios radicales teniendo en la mira objetivos precisos que beneficien a las mayorías? ¿Son personas que saben siquiera cómo funcionan las leyes, las instituciones, el diálogo y la construcción de acuerdos? ¿Son quizá personajes meritorios que iniciaron en las últimas filas de los partidos políticos y que han aprendido la esencia de hacer política y después de años se sienten listos para cambiar al país con sus aportaciones?
¿A quiénes van dirigidos sus mensajes? ¿Cuáles votos quieren ganar?
Quieren los votos de los viejos que han visto sexenios irse como puñados de arena, en los que todo cambió, pero ese cambio no los tocó siquiera.
Quieren los votos de las mujeres que sostienen el trabajo de cuidados sin remuneración, de mujeres a quienes culpan de «no educar con valores», de mujeres que aún no superan la brecha salarial, de mujeres que siguen siendo relegadas, acosadas, violentadas y asesinadas.
Quieren los votos de los jóvenes, a quienes se les ofrece nada y así efímeros van eligiendo, por ejemplo, el sicariato, una vida breve para morir con algo de dinero.
El voto es libre, pero la elección está a la vuelta de la esquina…..
