HERENCIA DE RECONSTRUCCIÓN SOCIAL

Por Irradia Noticias

Vaya tarea de reconstrucción social que al final del camino le está dejando Andrés Manuel López Obrador a Claudia Sheinbaum, quien, en su afán de ganar las elecciones en todos los niveles en disputa, no solo la presidencia, tiene que defender lo poco bien hecho, pero también tragarse la sarta de errores que el Macuspano ha cometido y sigue cometiendo en aras de una mal llamada Cuarta Transformación.

Es un gran número de mexicanos que padece el suplicio presidencial, Es un gran número de víctimas de la nefasta política pública ejercida por el gobierno federal. Es un gran número de deudos a causa de los desaciertos cometidos durante la pandemia del COVID19 que llevaron inhumanamente a la tumba a más de 300 mil personas que hoy se pretende eliminar del listado homicida ensalzando a Hugo López Gatell en lugar de someterlo a la autoridad para que sea procesado por crimen de lesa humanidad.

Ha sido un ataque generalizado y sistemático contra la población civil que no está de acuerdo en la forma de gobernar y de administrar el país o por pensar diferente a López Obrador. Ciudadanos mexicanos de todos los estratos sociales que padecen el infortunio de las decisiones presidenciales dictadas sin conciencia humana, visceralmente, con coraje, con ira, con odio, con saña, con sed de venganza. 

Hace unos días el Congreso Federal decretó el vil robo de los fondos de personas que a lo largo de 70 años o más fueron creando un capital para cubrir cuando menos los gastos funerarios de su partida. Ese latrocinio a las AFORES afecto a mexicanos que en el 2018 emitieran un voto en favor de AMLO haciendo caso al anuncio partidista que decía “MORENA la esperanza de México”. Así como ellos varios sectores sociales se han visto agraviados indiscriminadamente por el gobierno de la Cuarta T.

La semana pasada CARMEN MORÁN BREÑA del periódico El País publicó sobre el agravio sufrido por un sector de la población: 

El caso de los 31 científicos de la CONACYT procesados en 2021 por corrupción, delincuencia organizada y lavado de dinero se ha quedado en nada. Un tribunal ha exonerado a 12 de ellos, incluido el exdirector del organismo, Enrique Cabrero Mendoza. Hay otras 12 exculpaciones previas, así que solo resta un puñado más para dar por enterrado un caso que originó un enorme oleaje político y situó a la comunidad científica entre los nuevos enemigos del presidente López Obrador. Hasta aquí la cita periodística. 

Como dice el presidente en numerosas ocasiones, la calumnia cuando no mancha tizna.  Así deben sentirlo todos los que quedaron manchados en un asunto del que la única verdad es que la justicia ha cerrado el asunto por falta de pruebas. 

Hace unos días la Comisión Independiente de Investigación sobre la Pandemia de COVID-19 en México, publicó el Informe “Aprender para no repetir”. Documento realizado por una comisión independiente integrada por 17 reconocidos y destacados expertos de distintas áreas, coordinada por los doctores Mariano Sánchez Talanquer y Jaime Sepúlveda, con apoyo de un grupo de probos investigadores. 

Comisión que mereciera la crítica por parte de López Obrador que dijo el martes pasado que el informe tiene el objeto de dañar a su Administración, a un mes de las elecciones presidenciales, en su expresión, descalifica a los autores entre quienes hay académicos que han sido muy críticos de lo mal hecho en su Gobierno.

Tres párrafos iniciales del Informe dicen lapidariamente:

En memoria de los cientos de miles de personas que murieron en esta época trágica, muchas de ellas en aislamiento, sin acceso a atención médica apropiada y carentes de los medios para protegerse del contagio.

Con nuestro reconocimiento y respeto hacia todo el personal de salud, mujeres y hombres que pusieron en riesgo sus vidas para cuidar las de los demás.

Para las generaciones futuras, que sólo a partir de evidencia y recuentos objetivos podrán aprender las lecciones derivadas de este periodo oscuro y evitar su repetición.

La acusación a los científicos del CONACYT se interpretó como una persecución política más que como un caso de legítima lucha contra la corrupción. Excesiva fue la palabra que usó Claudia Sheinbaum, científica también y hoy candidata de MORENA a la presidencia. “Mi posición personal es que ser acusados de delincuencia organizada me parece excesivo”, dijo en 2021 cuando fue cuestionada por el asunto. 

La Comisión Independiente señala que, en el manejo de la pandemia de COVID en México, liderada por el doctor Hugo López-Gatell, hubo un “proceso fallido de toma de decisiones”, “evidencia científica ignorada”, “uso engañoso de datos”, “abandono del personal de salud” y “desprotección de sectores populares y grupos vulnerables”. De estos asuntos por experiencia vivida, la Doctora Brenda Valderrama, distinguida científica y participante en este noticiero, bien nos puede ampliar las reflexiones que deprimen a muchos científicos. 

Claudia Sheinbaum ha mostrado momentos de deslinde de la rectoría de Andrés Manuel, es benéfico que exponga su aprobación porque un tribunal haya aclarado que no hay corrupción ni delincuencia organizada en la ciencia mexicana. No está el horno para bollos, no es propicio desperdiciar votos, ese infundio constituyó desde el principio un mal asunto para el Macuspano. Le va a ser difícil a la candidata morenista resarcir esos daños, al tabasqueño le vienen valiendo gorro. Con su forma de reaccionar, cuando la justicia no secunda sus palabras, simplemente la desdeña.

El informe retrata la actuación de un gobierno criminal.

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