Mañana 23 de marzo se cumplirán 30 años de un complot político consumado con el artero asesinato de Colosio. Referente, había preparado tema recordatorio. Pero el suceso acaecido por la tarde de ayer en pleno centro de esta nuestra sufrida Cuernavaca, me recordó que: La Inseguridad es el tema.
La nota periodística: La tarde de este jueves, en un ataque directo, fue asesinado el presidente del Instituto Morelense de Información Pública y Estadística (IMIPE) del Estado de Morelos, Marco Antonio Alvear Sánchez.
Mi tema:
La inseguridad en México es un fenómeno que ha persistido en los últimos 30 años y se ha intensificado desde el 2006, año en que Calderón declaró la guerra contra el narcotráfico; ha crecido tanto que desde ese entonces cada año se ha posicionado como uno igual o más violento que el anterior. La administración de Andrés Manuel López Obrador se ha caracterizado por encabezar las cifras, alcanzando números de más de 182,000 muertes dolosas, pese a que la Secretaría de Seguridad defiende que los homicidios van a la baja, las cifras se mantienen arriba por sexto año consecutivo, consolidando a la Cuarta Transformación como la administración más violenta en la historia reciente del país.
El tema de la inseguridad es el más sensible en este gobierno, pues a pesar del discurso disuasorio que se ufana de estar atacando la violencia en sus causas; de afirmar, negando la realidad, que ya no hay masacres en el país, un solo fallecido significa un asesinato, que se acabó la impunidad, y que, la violencia va en descenso, lo acaecido ayer en nuestra ciudad lo niega rotundamente. Los otros datos, demuestran lo contrario y, sobre todo, el fracaso de la estrategia de los abrazos sobre los balazos, a seis meses de que concluya este gobierno. Claudia ayer justificando a su Tutor afirmó que la estrategia de «abrazos no balazos» no significa abrazar a delincuentes, ¿entonces que significa?
Xóchitl Gálvez, ha puntualizado que este es el sexenio más violento de nuestra historia y que no se han podido resolver los grandes problemas nacionales y la terrible crisis de inseguridad en que vivimos.
Las reacciones del Primer Mandatario sobre lo que se publica o se dice sobre la inseguridad que se padece en el país han sido inmediatas y descalificadoras. Las considera tendenciosas, que las originan quienes están en su contra, juzgándolos comparsas con los que quieren demostrar que México es un país muy violento.
La política de “abrazos no balazos” ha originado que el monopolio del uso de la fuerza deje de pertenecer al Estado. Por la polarización política y la desconfianza que existe en las instituciones, se incentiva la violencia electoral dejando en manos de la delincuencia organizada la rectoría de la inseguridad.
La preocupación por la inseguridad y la violencia, tiene fundamento. Se tiene registro que en lo que va del año, en el país han sido asesinados 30 personas, entre ellos, alcaldes, candidatos, regidores y políticos inactivos. La mayoría, buscaban un puesto local, como una alcaldía o una diputación.
Tres elementos: armas, drogas y alcohol y, sobre todo, su combinación, ponen en riesgo, no sólo la seguridad y calidad de vida de los ciudadanos, sino también la democracia y su correcto ejercicio, cosa que, en nuestro país, desde hace varios años, se ha visto deteriorada.
El control y la disminución de la violencia está en manos del gobierno, pero el descuido de sus funcionarios, mantienen un caldo de cultivo de alto riesgo.
Mal le va a quien se levanta con el pie izquierdo dice el dicho. Cuauhtémoc Blanco desde su llegada a Cuernavaca con el solapamiento de los Yáñez, ha demostrado que tiene dos pies izquierdos.
Lo peor ha sido muy mal asesorado en materia política de la que decía “yo no soy político”, mal, muy mal que haya continuado siendo político si no lo era. Hoy está inmerso en el fango y se avizora turbio su surgimiento.
Mientras tanto esperaremos a ver que resultados tiene Uriel Carmona, el balón ya no lo tiene el Tepiteño, el balón está en su cancha.
Andrés Manuel López Obrador en sus innumerables puestas en escena mañaneras, ante las cifras reveladas de muertes dolosas, ha señalado que no comparte el punto de vista de los medios de comunicación, de los periodistas, de lo reportado por sus propias entidades de seguridad ya que él, “tenía otros datos”.
La muerte de Colosio significó un sacrificio político, la culminación, para alguien, de “el poder por el poder”. La impunidad es el resultado de un tema lacerante para México: ¡La Inseguridad!
Amigos la semana tiene siete días y ¡gracias a Dios es viernes!