Finalmente, ya fue publicado en periódico oficial “Tierra y Libertad” el Decreto por el que se reforma al Poder Judicial del estado de Morelos. A partir de hoy comienza un proceso que culminará hasta el 31 de agosto del 2027, iniciando la nueva e inédita etapa para la conformación del cuerpo de juzgadores del fuero común, jueces y magistrados, con su toma de posesión, al día siguiente, 1º de septiembre.
Es mucho lo que se puede y debe comentar al respecto. Por el momento, sólo me referiré a algunos aspectos esenciales para la comprensión de los alcances de la reforma en la coyuntura actual: la crisis por la que atraviesa el Tribunal Superior de Justicia.
La iniciativa aprobada por el Congreso, previendo que, debido la actual conformación del Tribunal Superior, cuyos miembros han demostrado ser muy buenos para impugnar o controvertir, pero no tanto para ponerse de acuerdo democráticamente, ha incorporado una serie de candados para evitar que los actuales magistrados intentaran echar abajo la reforma.
Aquel magistrado o aquella magistrada que se inconformara quedaría muy mal paradoante los ojos de los otros dos poderes y, lo más importante, de los justiciables, o sea, la población en general.
En las “DISPOSICIONES TRANSITORIAS”, además de las típicas facultades para resolver todo aquello que no se encuentre previsto y derogar lo que se oponga en cualquier otro ordenamiento, también se da por concluido, desde hoy mismo, el periodo de Jorge Gamboa Olea como magistrado presidente y el impedimento para que Juan Gabriel Vargas Téllez fuera propuesto para encabezar al Tribunal en lo que resta de su actual integración.
Pongamos atención. Los tres años de Gamboa Olea en la presidencia serán sometidos a escrutinio. Ya veremos, en unos meses, el resultado.
También se acotaron las atribuciones para quien resulte designado como magistrado presidente, durante el periodo de transición, a fin de que deba someterse a los acuerdos del Pleno, no obstante haberse manifestado en contra. Así, se previenen actuaciones unilaterales o autoritarias por parte de quien ostente el cargo hasta la renovación.
Ya en otras colaboraciones iremos desglosando los puntos nodales de la reforma.
Y PARA INICIADOS:
Por lo pronto, la reforma al Poder Judicial local es un hecho. Con ello, la crisis al interior de Tribunal Superior de Justicia no se ha resuelto, pero ya hay una luz en el camino para lograrlo. Guste o no el contenido de la reforma, o con todo y los gritos en el cielo de los detractores y adversarios de la mandataria estatal, la iniciativa de Margarita González Saravia ha dado la posibilidad de resolver dos problemas fundamentales: la crisis en el Tribunal y la armonización con las leyes federales.
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