1.- Un linchamiento en la víspera
2.- Escuela tomada
3.- Cepeda sí
4.- Denisse va
1.- En las peores circunstancias viene el presidente a la entidad; el jueves, tras de un día en Huitzilac de dos hombres que fueron linchados. Visto en perspectiva, quizá el que la autoridad reaccionara con reflejos de elefante evitó la multiplicación de la violencia, pues cuando el enardecimiento crece entre la muchedumbre, no hay dique lo suficientemente fuerte como para frenarlo; la frustración desata tempestades, y si las quieren frenar, tienen igual fenómeno que cuando quieren evitar que corra el agua; encontrará una salida, en ocasiones más incontrolable todavía, y las pausas no son más que el presagio de que algo peor está por ocurrir hasta que la gasolina y la chispa social generan la chispa ígnea que alcanza los cuerpos que se estremecen entre las llamas incontrolables que ciegan la vida. Para el que lo sufre desearía que fuera ya.
¿Qué para entonces ya no tenían vida?, que los golpes la cortaron, uno, dos tres, mil y el respirar se va cortando. Quien lo padece desea que sea tan pronto como enseguida, pues el sufrimiento es insoportable, y, sin duda, viene el arrepentimiento.
¿Cuántos asaltos tenían?, ¿era el primero?, ¿no fue cierto?, ¿mal entendido?. No había explicaciones, la evidencia está ahí. El linchamiento inicia, los pocos policías no pueden hacer nada, la agresión cae igual sobre ellos; la muchedumbre lleva a la alcaldía a los dos que pensaron que podrían obtener unos pesos, aunque provocaran gran daño.
San Miguel está de fiesta, el último día de ambos está cerca. Ya en la cárcel, se piensa que a salvo, pero sólo es una pausa, se recobra la furia, entra uno y llegan diez, 20, cien, la vida de dos se va escapando. ¿Cuál fue el golpe que cegó la vida?. No se sabe cuál, es uno o es otro, ya es imposible intervenir; hacerlo podría significar que en lugar de dos, sean más, y nadie se mete. La autoridad en desventaja; los más entran al lugar, truenan los candados; nadie hace nada en la defensa; los prisioneros se pegan a la pared, quisieran meterse en ella, desaparecer; que el día no hubiera llegado, que el 29 de septiembre del 2021 no existiera, que una gripa hubiera impedido salir de casa, pero es imposible, se está ahí, de cara a la muchedumbre; arrepentirse no queda, ya es imposible hacer algo en defensa propia. Que la muerte llegue ya. Deja su olor la gasolina; la conciencia se ha perdido, no se miden las consecuencias, se esparce el olor a muerte y viene el fuego, las llamas, todo se va acabando, ya no hay vida, sólo el olor a asesinato queda, a carne quemada, hechos dantescos, ¿quién lo hizo?, ¿cuándo se perdió el control?, ¿quién lo inició?, ¿qué pasó?.
A la distancia se monitorean los hechos, pero aunque se estuviera ahí, nada se hubiera podido hacer, el linchamiento se ha consumado, ya no hay vida en el Huitzilac que hace unos meses vio arder las oficinas de la alcaldía y ahora otro conflicto supremo, por lo que algo se debe hacer, pues la escalada de violencia, sin duda, tiene todavía conflictos de este tipo, y como la delincuencia sigue, policías no hacen todo lo que deben, y el aparato de justicia llega a soltar a no pocos delincuentes, amparados en argucias legales o incapacidad de la autoridad, la justicia se toma en mano propia. Si no se detiene, se generalizará, se hará costumbre, pero Carmona y el señor Guarneros igual que siempre, pasivos, lejanos, ajenos, etéreos, humo. Ahí están dos muertos más y se seguirán sumando; Morelos no tiene gobernabilidad desde el 94.
2.- Otra más de JIs Téllez: La escuela primaria Mariano Matamoros de Zacatepec fue tomada por los padres; les quitaron el maestro de lecturas; su gran trabajo se truncó. ¿Pasará algo?. Lo siento difícil; pareciera que están en desuso los buenos oficios; en fin.
3.- Hoy Pedro Martínez entrevistará a Rafa Cepeda; pa’que aprenda Santillán que la vea
4.- No he sabido nada de Denisse Pérez en la lucha por devolver la veracidad al PAN; sería una pena que ganaran los Terrazas, Dalila Morales y las despensas. Ojalá y siga.