Por: Yenni S. Cañedo
Aceptar nuestra edad
Si usted fue un niño consentido, tenga cuidado de no seguir el mismo patrón con sus hijos. Muchos padres lo son sin siquiera darse cuenta de ello.
Cierta ingenuidad y espontaneidad son atributos del carácter de un niño mimado; pero este tipo de personas tienen el grave inconveniente de ser dependientes y tiránicas, lo que perjudica sus relaciones con los demás. Caprichoso y colérico, los niños consentidos no toleran que se les contradiga. Estas cualidades y estos defectos tienen su origen tanto en la educación como en el temperamento. Somos equilibrados o caprichosos por naturaleza, al margen de toda influencia o circunstancia del ambiente familiar.
Los niños educados con “mano firme” en el seno de una familia numerosa puede, sin embargo, tener una conducta de chicos mimados.
Del mismo modo, los niños rodeados de atenciones excesivas puede llegar a ser un adulto equilibrado y generoso. Se trata de encontrar un equilibrio en la personalidad que se va formando en los pequeños y adolescentes del hogar para lograr la confianza en ellos mismos.
Combinen armoniosamente sus deseos profundos con las restricciones que le impone la realidad cotidiana. La comunicación será base fundamental para que se genere el equilibrio físico, psíquico y el social. Este último es muy importante porque se verán inmersos en un grupo social.
Recuerden actuar de profundo acuerdo consigo mismo es también vivir en armonía con los demás.
