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Por Irradia Noticias

Por: Yenni S. Cañedo

Conocerse

Iniciemos el día recordando la célebre frase de Sócrates “Conéctate a ti mismo” podría ser nuestra divisa. Aceptarse física y moralmente, reconocer nuestros defectos para tratar de corregirlos, tener confianza en uno mismo, con naturalidad y sin presunción, es a todas luces un gran adelanto y significa dar los primeros pasos hacia nuestros semejantes.

Una vez alcanzado un mayor equilibrio, una mayor felicidad, seremos capaces de entablar un verdadero diálogo con los demás. Un lenguaje claro, un modo de hablar sin afectaciones y con expresiones correctas, nos ayudarán aún más a establecer esa comunicación indispensable a toda relación humana, y nos permitirán comprender al otro fácilmente, casi con medias palabras; aprenderemos también a ser discretos.

Estas reglas son válidas en todas las etapas de la vida, y la edad no debe ser excusa para eludirlas: en efecto, saber envejecer es también saber mantener con todos, jóvenes y menos jóvenes, relaciones cálidas y una comunicación enriquecedora. Para ello es fundamental hablar de la armonía exterior, en general, para saber vivir hay ante todo que aprender a vivir consigo mismo y no perder de vista que lo esencial en la vida no se lo “enseñan” a uno, sino que se aprende poco a poco.

El éxito social, una “buena educación”, no bastan para hacer de un hombre una persona atractiva. Tampoco la belleza lo es todo para una mujer. Su equilibrio, su paz interior, mostrar que se está dispuesta a ayudar a los demás son factores mucho más importantes que lo superficial, operaciones innecesarias para contar con un cuerpo bien formado. Esto no significa, sin embargo, que uno deba descuidarse. El cuidado que se tiene del propio cuerpo, el dominio de sí mismo que ha podido alcanzarse, el estilo de ropa y el maquillaje que se escoge son reflejo y expresión de la personalidad y del equilibrio de cada uno de nosotros.

Yenni S. Cañedo

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