Abogada. Ex magistrada presidenta del Tribunal Superior de Justicia. Ex consejería jurídica del Ayuntamiento de Cuernavaca.
Hoy nos toca hablar de un tema que sacude a México y pone a prueba al nuevo gobierno: el caso Teuchitlán. Un caso que no solo revela el horror de las desapariciones forzadas, sino que también exhibe las debilidades del sistema de justicia en el país.
El fiscal Alejandro Gertz se convierte en el principal obstáculo para la credibilidad de la presidenta Claudia Sheinbaum. Su manejo de las investigaciones ha sido opaco y cuestionado, y en lugar de esclarecer el caso, parece más interesado en deslindar al gobierno federal de responsabilidades y cargarle la culpa a las autoridades de Jalisco. Esto nos recuerda lo que pasó con Ayotzinapa: una crisis local que, por la falta de transparencia y la politización de la justicia, se convirtió en un escándalo de Estado. ¿Se repetirá la historia?
Aquí llegamos a la primera conclusión: sin una reforma profunda a las fiscalías, la justicia en México seguirá atrapada en la negligencia y la impunidad. La transformación de la PGR en una FGR autónoma se quedó en el discurso, y hoy vemos que la falta de resultados es el mayor enemigo del nuevo gobierno.
La segunda conclusión es clara: Sheinbaum ha tratado de marcar distancia con los errores del pasado, pero mientras su fiscal actúe en sentido contrario, su credibilidad estará en juego. Si el caso de Teuchitlán se convierte en otro laberinto de impunidad, el verdadero “talón de Aquiles” de su gobierno no será el crimen organizado, sino la falta de justicia.
Seguiremos atentos a cómo avanza este caso. Aún debemos recordar que nos faltan los 43 y eso sigue sin resolver también.
Mientras avanza la reforma al Poder Judicial y cada vez nos queda claro que la reforma era necesaria, no en la forma planteada, pero en general, el problema de la impunidad y corrupción está en otro lado de la justicia y no ahí; ya veremos… tiempo al tiempo!
Les dejo la reflexión de la semana.
