Algo de llamar la atención está ocurriendo con Carlos Slim Helú y todo y todos los que le rodean. Leia en un magazine empresarial: Carlos Slim Helú no es un personaje cualquiera. La gente constantemente lo ve, primero, como uno de los hombres más ricos del mundo, luego, como el ideal popular. Otros incluso lo veían como el siguiente presidente de México, a pesar de que en repetidas ocasiones ha dejado claro que, a él, no le interesa la política.
Lo que sí le interesa, y mucho, es mejorar el país y el mundo. En su opinión, “lo peor que puede pasar es el conflicto, y cuando un gobierno es electo democráticamente hay que respetarlo, tratar de aportarles planteamientos, programas; pero el tener conflictos, caprichos ideológicos, es una tontería”. Hasta aquí la cita.
Hace siete años al saberse que el candidato a la presidencia de México por MORENA sería AMLO, la inquietud y la incertidumbre hicieron presencia en el ánimo popular. Los empresarios, no comandados por Claudio X. González, sino por sus lideres corporativos, se manifestaron inquietos ante la amenaza de que surgiera un gobierno de ideología populista que viniese a trastocar a la economía nacional, lo que tristemente ocurrió.
Pensaron y arroparon la idea de que por la oposición se propusiera un candidato con un perfil totalmente opuesto. Un candidato coherente, apegado al cambio con congruencia en la evolución tecnológica y de buen gobierno. Se lo propusieron a Don Carlos, quien reunía esas y más cualidades, pero con fundado razonamiento declinó. Declinación que tuvo un sin número de críticas por no presentar una oposición al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, lo estigmatizaron diciendo que “cambió de mando” cuando el Ingeniero Slim, como dije presentaba y presenta coherencia con la realidad y las posibilidades que se tienen de subsistencia sin necesidad de confrontación político social.
En aquel entonces, ese vínculo de Slim con la realidad que se avizoraba, que no todo iba a estar mal, lo obligaron a reaccionar ya que sí él se hubiese retirado con sus negocios del país, hubiera desestabilizado más la situación nacional. Slim y su gran consorcio de empresas representan casi el 20% del PIB nacional.
Ahora, tras muchas vicisitudes con AMLO y con la Cuarta T, Carlos Slim sigue apostando por México. Él mejor que nadie tiene un panorama diferente de lo que le espera a nuestro país, sabe y tiene confianza de que el Poder Judicial recupere el respeto de ser el Tercer Poder de la república, sabe también de que debe ser mejorado para bien de la nación, pero con una mejora ordenada y con transparencia que dé confianza a los gobernados.
La situación energética en el mundo no es tan boyante como se esperaba, no se han desarrollado fuentes de generación de energía limpia que satisfagan la demanda actual, mucho más la venidera al dejar de producir energía a base de hidrocarburos.
Reafirmando su confianza, recientemente Slim concretó la adquisición del 100% de la compañía petrolera PetroBal, perteneciente a la familia Bailléres.
Recordemos que, en 2023, Grupo Carso adquirió el 49.9% de la subsidiaria mexicana de Talos Energy, una de las empresas responsables del descubrimiento del mega yacimiento Zama iniciando importantemente la expansión de las operaciones petroleras del Grupo.
Carlos Slim por sí solo es una gran institución con empresas icónicas que día con día van en búsqueda de la mejora en favor de su clientela, así como en fomentar y proteger los empleos de su factor humano.
Slim tiene capacidad para reflexionar sobre su propia existencia, sobre su pasado, su presente, y sobre aquello que proyecta en su futuro, dice: “evitar aquellos sentimientos negativos tales como la envidia, los celos, la arrogancia, el egoísmo, la vagancia, la venganza, la codicia… Estos sentimientos son veneno que se ingiere poco a poco”. Recordó que: “El pesimismo también lleva a la mediocridad», así como que “el daño emocional no viene de terceros, se fragua y se desarrolla en nosotros mismos. Dios perdona nuestros pecados, pero nuestro sistema nervioso, no”
En vía de mientras, las actitudes del Ingeniero Slim al seguir confiando en México, nos deja ver que no todo estará mal con el Segundo piso de la 4 T, con el ejemplo de Don Carlos Slim, tenemos que diseñar la estrategia a seguir para no caer en ese engañoso laberinto.
Amigos como siempre les dejo un saludo ¡con mucho afecto!
