El día de hoy nos enfocaremos en un tema del cual poco se conoce pero es de gran importancia para la sexualidad masculina, por lo tanto es necesario traerlo a la luz, ya que es creencia popular que solo al género femenino le preocupa su aspecto físico, pero es un hecho que al género masculino también, sobre todo cuando existe la comparación con otras personas del mismo género normalmente en los vestidores de los gimnasios, a esto se le conoce como el síndrome del vestidor, ¿lo habían escuchado?
A los hombres sin importar su orientación sexual también les llega a preocupar su estatura, peso, constitución física y también el tamaño de su órgano sexual. En parte por lo que pueden llegar a pensar sus parejas sexuales y por otro lado lo que mayormente les preocupa es cuando se desnudan frente a otros hombres, lo que ellos vayan a pensar acerca de sus genitales.
La presión social de la imagen corporal que vive el género masculino es muy diferente a las comparaciones entre mujeres, también existe presión social, pero es distinto el enfoque, ellos también sienten inseguridades sobre su cuerpo, no es que falten espacios para hablarlo, ya que existen los consultorios con especialistas en psicología o sexología, el tema es que quien lo vive puede llegar a percibirlo como una debilidad de manera que no busca ayuda debido a que existe poca aceptación sobre el género masculino sintiendo inseguridades, por lo tanto, les cuesta trabajo buscar ayuda porque creen que serán juzgados.
El género masculino suele comparar sus cuerpos referentes a la estatura, el peso y la musculatura, por mencionar algunos, pero también de manera explícita o implícita se compara el tamaño y la forma de los genitales, más grande, más pequeño, más ancho o delgado, por poner algunos ejemplos, esta competencia suele obsesionar a muchos, ya sea en privado o en público pueden hablar de este tema comparándose con el desempeño o la capacidad de dar placer a sus parejas sexuales.
A pesar de sentirse a gusto con su cuerpo, muchas personas no pueden evitar la comparación al encontrarse en un escenario como un vestidor. Existen estereotipos de belleza según el género y con ellos la creencia generalizada de que los hombres más altos, más musculosos y con el pene de mayor tamaño son más varoniles y son capaces de dar más placer a su pareja sexual. Es importante comenzar a desmitificar y des estigmatizar la figura masculina, debido a que el ideal de belleza cambia según la cultura y la persona.
En este ambiente de los vestidores se exponen las ganancias sexuales, pero poco se habla de las pérdidas, creando competencia entre pares, que lleva a baja autoestima e inseguridades, ya que el significado real y simbólico del pene como el centro de virilidad es una carga para los hombres, por lo tanto, las exigencias centradas en el vigor sexual, la capacidad de conquista, el rendimiento, etc. siguen siendo actualmente condicionantes que rigen las conductas masculinas.
Necesitamos saber que todos independientemente de la orientación sexual o identidad de género podemos llegar a sentir inseguridades con nuestro cuerpo y buscar ayuda no nos hace más débiles o menos varoniles ni masculinos. Los estereotipos de belleza o de masculinidad nos llevan a comparaciones innecesarias que disminuyen el autoestima lo cual se puede ver reflejado en el momento del desempeño sexual con la pareja. Recuerda que buscar ayuda no es de débiles sino todo lo contrario, contar con apoyo profesional puede ayudarte a mejorar tu autoestima, disminuir ansiedad y sobre todo a disfrutar de tu cuerpo así como de tus relaciones sexuales.
Recordemos que la sexualidad es para disfrutarse, siempre dentro del marco de la ley, sin poner en riesgo la vida de los involucrados y con el consentimiento de todos los participantes. Muchas gracias y que tengan un excelente día.
SÍNDROME DEL VESTIDOR
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