«El poder es como un violín. Se toma con la izquierda
y se toca con la derecha».
Eduardo Galeano
Varios países de América Latina han elegido gobiernos de izquierda, con ello, una nueva ideología política con la que pretenden dominar la región.
Desde 2018, líderes ubicados a la izquierda del fenómeno político llegaron a la presidencia de México, Argentina, Bolivia, Perú, Honduras, Chile, Colombia y Brasil, dejando a las ocho naciones más pobladas de Latinoamérica y sus mayores economías en manos de la izquierda.
El movimiento de izquierda busca alcanzar un cambio económico y social, incluyendo la diversificación económica y la industrialización, una distribución más equitativa de la riqueza nacional, la liberación de la economía del control extranjero, una reforma agraria y las mejoras a la vivienda,
Este 11 de diciembre Jesús Ramírez Cuevas, coordinador de Comunicación Social de la Presidencia, comentó una reflexión de fondo en su cuenta de Twitter: «Ser de izquierda es un proyecto de vida a favor de la libertad plena; de la democracia representativa y participativa; de la justicia social y respeto a los Derechos Humanos. Más que una ideología es una postura en contra de las injusticias y de cualquier opresión; solidaria con los oprimidos».
Quizá lo único que pueda uno decir es que ojalá llegáramos a tener un gobierno de real izquierda en México, el de Andrés Manuel López Obrador, la 4T, no lo es.
AMLO se presume como un político de izquierda y así lo identifican en el mundo, pero la realidad, como siempre, es más compleja.
La diplomacia de Andrés Manuel no ha encontrado en los gobernantes de izquierda de Latinoamérica un total respaldo a su forma de pensar, a su ideología enmarcada por la 4T, ellos, son mucho más heterogéneos, se les puede identificar como de nueva izquierda como son los presidentes de Chile y Colombia, la izquierda tradicional de Argentina, Brasil, Bolivia, Honduras o la dictatorial como Venezuela, Nicaragua y Cuba, donde llevan años en el poder teniendo en la tirana sumisión a sus pueblos.
Hoy algunos líderes de izquierda están más dispuestos a desvincularse de otros en la región, de ahí que no hayan brindado apoyo a López Obrador en la fallida candidatura de Gerardo Esquivel como director del Banco Interamericano de Desarrollo, no le tienen confianza; a Lula, sí, el director del BID es brasileño. ¿Es el principio del fin del apoyo hacia Andrés Manuel?
Ejemplo de esa desvinculación tenemos al presidente de Chile, Boric quien ha criticado la represión de disidentes en Cuba y Nicaragua, reiteradamente ha señalado que «Venezuela es una experiencia que ha fracasado».
En velada respuesta a Boric, Nicolás Maduro, habló en febrero de «una izquierda cobarde», expresión bastante fuerte e irrespetuosa como es su costumbre, pero ahora ante un mandatario de su misma corriente, la de izquierda.
También el presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha llamado «dictador» a Maduro, aunque, por conveniencia de vecindad, ha negociado el restablecimiento de relaciones con su gobierno.
El socialismo del siglo XX, que es el socialismo de Cuba, es repudiado por los gobernantes de izquierda sureños, contradictoriamente, ya que tampoco quieren un socialismo del siglo XXI teñido por el radicalismo de Chávez, o al socialismo de López, prefiriendo superar la economía de mercado y tener un Estado fuerte que pueda controlar a las corporaciones en plena libertad democrática.
El grupo de países de izquierda de LATAM no guarda una homogenización en sus políticas, son varias las discrepancias que dejan de manifiesto que la ideología de izquierda es la que menos priva en ellos.
México al quedarse sin voz con la derrota de Esquivel, pretende recuperar terreno o liderazgo en la esfera latinoamericana para sostener la influencia mexicana en la región, esgrimiendo una inútil defensa de Pedro Castillo, la que demuestra la búsqueda hipócrita del aplauso de sus pares de Sudamérica.
Los auténticos izquierdistas que militan en MORENA seguirán, convenencieramente, alineados a AMLO hasta que se den o no, las nominaciones a futuras candidaturas a las elecciones del 2024, la primera escisión en ese partido se ha originado en Coahuila, ¿ocurrirá lo mismo en Morelos? ¿Se doblegará el buen amigo Rabin? ¿Respetarán la equidad de género con Lucy Meza? Está por verse, el tener verdadera ideología de izquierda no significa continuar secundando las estupideces y equivocaciones viscerales de Andrés Manuel, la izquierda ya tiene el poder político de México, no lo puede perder por las frivolidades de la 4T.
¡Amigos como siempre, les dejo un saludo con mucho afecto!