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- ¿…el género es nada más femenino?
En la conferencia Mañanera del pasado miércoles 9 de agosto de 2023, desde la tribuna de Palacio Nacional, el Presidente se quejó: “…todo lo que me dicen a mí ¿no es violación de género o el género es nada más femenino?”
El término «violencia de género» -según la ONU- se utiliza principalmente para subrayar el hecho de que las diferencias estructurales de poder basadas en el género colocan a las mujeres y niñas en situación de riesgo frente a múltiples formas de violencia, y añade la ONU algo destacable y es que: si bien las mujeres y niñas sufren violencia de género de manera desproporcionada, los hombres y los niños también pueden ser blanco de ella.
Hasta ahí, pareciera que el Presidente tiene razón en sus quejas, -aunque si damos cabida a la razón, los señalamientos consecuentes y sus secuelas tienen otras raíces y contextos- como los constantes calificativos y provocaciones desde el estrado matutino: “¡reaccionarios, conservadores, mafia del poder, opositores!” y demás inferencias.
El Presidente se quejó de algo que sí existe, pero en el contexto de su reclamo y protesta no se puede aplicar ¡sorry!
Él invocó en su narrativa de defensa, sin saberlo a ciencia cierta, la Misandria: el odio hacia los hombres, del griego antiguo misós, “odio”, andrós, hombre, y el sufijo ia, que en conjunto se interpreta como odio, aversión o incomodidad con respecto a los varones.
Misandria es casi contraparte sexista de la Misoginia, que proviene de dos voces griegas: misós y gynes que significan detestar a la mujer -y hay que aclarar-, esto no es propiamente su antónimo.
Aunque algunos críticos, argumentan que también existe una corriente de discriminación contra los hombres y que los orígenes de la Misandria se remontan a siglos atrás a sociedades patriarcales radicales calificadas como “machistas”, donde las mujeres fueron y son subyugadas y tratadas de forma discriminatoria.
Estas experiencias históricas generaron sentimientos negativos hacia los hombres y hoy hay movimientos también radicales feministas que han adoptado posturas extremistas que promueven abiertamente el desprecio por el género masculino y esas manifestaciones se dan por igual en ámbitos sociales y culturales.
Algunos ejemplos son el sistema legal donde se argumenta con frecuencia que hay sesgo judicial favorable hacia las mujeres en temas relacionados con custodia infantil o violencia doméstica. En la educación, algunos afirman que existe una discriminación positiva para las mujeres al fomentar programas dirigidos exclusivamente hacia ellas mientras se descuida a niños varones. Los medios de Comunicación, donde películas o programas caricaturizan y ridiculiza al hombre y perpetúan estereotipos negativos sobre ellos.
Es crucial destacar, que no todas las discusiones feministas son discriminatorias hacia los hombres ni promueven el odio basado en su género. El feminismo busca principalmente equidad de género y sociedades justas para todos; el odio basado en el género afecta tanto a mujeres como a hombres.
La queja y reclamo del Presidente: “…todo lo que me dicen a mí ¿no es violación de género o el género es nada más femenino?”, tuvo su raíz en los señalamientos que le hizo el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación TEPJF, quien consideró que eran violencia política de género, las declaraciones desde la tribuna de Palacio Nacional en las conferencias mañaneras el pasado mes de julio, en contra de Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz, senadora y aspirante a la candidatura presidencial.
Entonces, “no es violación de género”, señor Presidente, usted invocó en su narrativa otra cosa.
Tratar el tema de la Misandria, requiere un análisis cuidadoso y equilibrado pues es innegable que han existido expresiones de odio hacia los hombres y no se puede negar que también las mujeres han sido históricamente oprimidas, sin embargo; como sociedad, debemos aspirar a una igualdad plena y justa para todas las personas, independientemente de su género.