El lunes 23 de agosto de 2021, durante una de las peores crisis de desabasto de agua de que tengamos memoria los cuernavacenses, debido a los cortes de energía por parte de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en los alrededor de 123 puntos de bombeo a cargo del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado (SAPAC), me referí a la coordinación entre la Comisión Estatal del Agua (Ceagua), no solo con el propio SAPAC, sino con todos los sistemas municipales operadores, logrando mejorar la infraestructura hidráulica a través del Programa para el Desarrollo Integral de los Organismos Operadores de Agua y Saneamiento (PRODI).
Allá y entonces indiqué que la grave situación del SAPAC, latente hasta hoy (una vez entronizado José Luis Urióstegui Salgado como flamante alcalde de Cuernavaca) y que se demuestra con nuevas amenazas de cortes del fluido eléctrico, generando guardias de colonos en determinadas zonas para impedir la acción de la CFE, requería y requiere de un proceso de reingeniería técnica y administrativa, a fin de permitir y desarrollar infraestructura que optimice la distribución y aprovechamiento del agua, lo que necesariamente requerirá de nuevas inversiones de capital.
Pero el gobierno estatal puede ir más allá, inclusive participando directamente en el SAPAC para coadyuvar en la solución de sus múltiples conflictos. Sin embargo, para lograr dicho objetivo será vital la decisión política de la comuna, a fin de evitar falsas interpretaciones y protagonismo político, así como la típica mezquindad de los morelenses.
FUNDAMENTOS JURÍDICOS
Es importante señalar que la Ley Estatal del Agua Potable prevé, en su artículo 12, que los servicios públicos de conservación de agua, agua potable y alcantarillado y la construcción y operación de la infraestructura hidráulica correspondiente, se prestarán y se realizarán por los Ayuntamientos, ya sea por sí mismos o a través de los organismos operadores municipales o intermunicipales correspondientes; excepto en los siguientes casos (chequen ustedes muy bien):
Cuando por circunstancias particulares, los Ayuntamientos determinen que carecen de los recursos materiales, técnicos y humanos para la prestación directa de los servicios a que se refiere este artículo o para el establecimiento de una administración paramunicipal; en este caso, podrán convenir que se presten en los términos de la presente Ley, por el Ejecutivo del Estado, a través de la Comisión Estatal del Agua, o bien, concesionarse a terceros, total o parcialmente, en los términos del artículo 43 de este mismo ordenamiento (fracción I).
En la República Mexicana existen buenos ejemplos que pueden tomarse, experiencias como las de las ciudades de León y Monterrey, ambas en zonas geográficas con poca disponibilidad de agua, en donde la presión ambiental ha obligado al aprovechamiento óptimo de este recurso. Son dos ejemplos en donde mucho del éxito ha radicado en valuar de manera adecuada al agua, contar con una base de usuarios actualizada, la tecnificación y modernización de la red de distribución, ampliar el volumen de aguas residuales tratadas y su reutilización en la industria.
Es de suma importancia recalcar que los gobiernos estatales tienen facultades, conferidas por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para intervenir en el tema de abasto de agua potable a través de los respectivos sistemas operadores. Así lo establece el 115 constitucional. Todos sabemos que los municipios deben proporcionar el servicio del agua potable, el drenaje, el alcantarillado y el tratamiento y disposición de las aguas residuales, lo cual, en el caso de Cuernavaca, ha dejado de hacerse conforme lo indica nuestra Carta Magna. Así lleva décadas. Y el ayuntamiento así llegó a la actual crisis del agua.
Y aún hay más. Cuando a juicio del ayuntamiento respectivo sea necesario, podrá celebrar convenios con el Ejecutivo de un estado para que éste, de manera directa o a través del organismo correspondiente, se haga cargo en forma temporal del servicio del agua potable y los demás mencionados atrás. Puede haber coordinación entre municipio y estado con ese propósito. ¿No creen ustedes que Cuernavaca ya llegó a ese momento? Yo respondo con un rotundo sí.
Mi modesta conclusión es que el conflicto entre el Ayuntamiento de Cuernavaca y la CFE se ha observado con una visión de túnel, sin voltear a ver otras opciones, como la que he tratado este día. El problema en este caso sería que el alcalde Urióstegui Salgado decidiera recurrir o no al gobernador Cuauhtémoc Blanco para analizar esta salida.
Abundan las críticas y presiones hacia el edil cuernavacense por las crisis de abasto de agua, pero son nulas las propuestas de solución. Siempre se concluye en que es necesario renegociar con la CFE, pero ¿con qué ojos divino tuerto? El Ayuntamiento NO TIENE DINERO. Y el poco disponible es el que a diario ingresan por concepto de multas de tránsito. No puede ser.
Estaremos atentos y luego diremos.