A poco más de dos semanas del proceso de Revocación de Mandato, mismo que es presentado falazmente por López Obrador, Morena, sus aliados y seguidores a ciegas como si fuera una votación para confirmar a AMLO en la presidencia, el miedo se ha convertido en un elemento más de esta trama de manipulación de los instrumentos de democracia participativa.
Con el objeto de promover la consulta popular del próximo 10 de abril, el Instituto Nacional Electoral (INE) llevará a cabo foros en los que se está invitando a participar a especialistas en diversas materias y a los ciudadanos en general para que expresen sus posturas, tanto a favor de la Revocación del Mandato de AMLO, es decir, que ya se vaya de la presidencia de la República, como en contra, en otras palabras, que continúe como presidente hasta el 2024.
Sin embargo, el INE está encontrando dificultades para conseguir ponentes que se animen a participar asumiendo la postura de estar a favor de la revocación, no sólo para equilibrar la participación de género, sino porque instituciones y personas en lo particular tienen miedo de que su participación pueda traerles consecuencias negativas. En concreto, prefieren autocensurarse que ser objeto de la ira, el linchamiento político, la descalificación o la venganza presidencial, así como de sus seguidores.
Ese miedo no es gratuito ni espontáneo. Tiene orígenes y causas. Difícilmente, alguien creería que es un producto aleatorio o marginal, no premeditado, de la autodenominada cuarta transformación. Al contrario, sembrar miedo parece parte de la estrategia cuatritransformista.
Ello viene de la polarización que ha llevado a cabo día con día AMLO que, en lugar de unir en torno a causas comunes, separa y enfrenta, divide y discrimina, acusa y descalifica a todo aquel que exprese una opinión distinta a la suya. Peor todavía, si se da a conocer información que lo ponga en entredicho, a él o a los miembros de su círculo cercano. A la obcecada defensa que hacen los seguidores de Andrés Manuel se suma la ferocidad con la que atacan, en redes sociales o en cualquier lado, a quien se atreva expresar opiniones diferentes a las del mesías de Macuspana, a contracorriente del principio básico de la tolerancia y del respeto a la libertad de expresión y el derecho a la información.
¿A dónde hemos llegado en México, que amplios sectores de la población tienen cada vez más miedo de expresar con libertad sus posturas y pensamientos, que en lo privado critican y muestran su desacuerdo con la manera en que está gobernando AMLO, pero en público se atemorizan? Todo apunta a que estamos regresando a la fase más autoritaria del presidencialismo mexicano, la que combatieron varios de los que hoy la reconstruyen, comenzando por el propio presidente.
Esta es una razón más para sí asistir a la consulta de Revocación de Mandato, para depositar de manera libre y secreta nuestro voto. Y si usted quiere que siga AMLO en la presidencia hasta 2024, pues vaya y vote así, pero si no quiere que siga, si ya quiere que mejor se vaya, pues también vote. No deje que sea la abstención y el voto de los acarreados lo que decida el resultado de la consulta, sin haber ejercido el derecho que usted tiene a participar.
Y para iniciados
La renuencia de presentarse a rendir cuentas de José Manuel Sanz, el español avecindado en México, jefe de la oficina de la gubernatura y manager del gobernador, Cuauhtémoc Blanco, es un signo inequívoco de la falta de transparencia y la opacidad con que se ha conducido este gobierno. De acuerdo con las declaraciones del presidente de la mesa directiva del Congreso local, Paco Sánchez Zavala, quien insistirá en citar al funcionario para que comparezca ante los legisladores, Sanz ha ejercido un presupuesto seis veces mayor al destinado al campo y veintiocho veces más que el de combate a la pobreza. Eso sí, la pobreza de Alexander Pisa y la de Sanz parecen haber sido muy bien combatidas en estos años.
La información es PODER!!!
