A cinco años de su partida al éter eterno, conmemoramos este miércoles 11, el 97 aniversario del natalicio del abogado humanista, preclaro intelectual, defensor a ultranza de nuestro pasado histórico y preservador y difusor de nuestros monumentos históricos, licenciado, Saúl Uribe Ahuja. Nuestro acompañamiento a su pareja de vida, la también gran amiga, María Luisa Ureña,
QUINTA PARTE
Me abruma el tener que escribir en primera persona. Como es del dominio público, ahora soy recipiendario de la “Presea Defensores de la Libertad de Expresión” que otorgan el Consejo Cívico del Estado de Morelos y la Asociación de Periodistas y Comunicadores del Estado de Morelos, APECOMOR, en ceremonia que anualmente se celebra en el icónico Monumento de esas libertades primarias de la ciudad-capital Cuernavaca, único en el mundo. Esta es una muy apretada síntesis de nuestra intervención en ese solemne acto:
“Esta Presea nos honra, pero también nos obliga a redoblar esfuerzos para ser cada día mejores en beneficio de la sociedad. Efectivamente, desde hace muchos años se celebra en México el Día de la Libertad de Prensa y Expresión, pero ahora no se puede hablar de celebración. La situación y el drama de los periodistas, de sus familiares y del gremio todo es verdaderamente terrible. Estamos en un continuo duelo desde 1983 a la fecha, por tanto, conmemoramos porque no tenemos nada que celebrar.
Esto solamente ocurre en nuestro país, en nuestro amado México. ¿Y saben por qué? Porque es el único país donde no hay un respeto a la labor del periodistica. No obstante, que muchas compañeras y muchos compañeros han entregado su vida por cumplir cabalmente con esta profesión.
Así es, no hay nada que celebrar hoy, pero sí conmemorar. Y debemos de conmemorar las libertades de prensa y expresión para seguir luchando por su estricto cumplimiento. Efectivamente, sin estas libertades primarias, no hay absolutamente ninguna otra libertad, no hay democracia, no hay nación en su sentido estricto, no hay nada.
Son las libertades primarias, porque es la forma de cumplirle al pueblo en su derecho de estar perfectamente informado en forma veraz y oportuna. Ese es, en última instancia, el derecho que nosotros tenemos la obligación de defender.
Hace unos momentos también se recordó que desde 1983, llevamos el catálogo fúnebre de los periodistas que han caído en México. Hace apenas tres años ocupábamos el deshonroso primer lugar como el país más peligroso para ejercer el periodismo. Ahora ocupamos el tercero, sin embargo, con un solo periodista que nos asesinen tenemos la imprescindible obligación de levantar la voz para que este drama sea superado.
El 95 por ciento de los periodistas no tienen seguridad social. Se ha tranquilizado algo con el nuevo sistema gubernamental IMSS-Bienestar, esta situación que padecen los informadores se debe a ese sistema que han impuesto la mayoría de los empresarios que nos contratan bajo el anglicismo de “free lance”, nos escamotean la seguridad social a la que tenemos derecho por ley.
En todas partes del mundo el periodista está asegurado en todos sentidos. Con ese cuento de trabajadores de confianza y de “freelance” nos pagan por noticia publicada no por noticia trabajada, y en la mayoría de los casos nosotros mismos tenemos que comprar los instrumentos de trabajo
Ese es el drama que tiene que cambiar en México. Debe de ser respetada la labor del periodista, la profesión del periodista, porque está entregada totalmente esa profesión a servir a la sociedad.
En México hasta ahora, el gremio organizado contabiliza 400 víctimas mortales. Pero no solamente son periodistas; en este trabajo que llevamos a cabo, ese catálogo monstruoso, de 1983 a la fecha, incluimos además de los periodistas; a los locutores; a los trabajadores de prensa; a los familiares y amigos de comunicadores; escoltas y civiles, que han tenido la desgracia de estar en el momento del atentado y perder la vida.
Además, debemos recordar a las 28 víctimas de desaparición forzada. El delito más brutal que puede haber, inclusive más que la propia muerte, ¿cuándo no sabemos qué sucede con un familiar? ¿Qué sucede con un amigo? La incertidumbre destruye al ser humano, a las familias y al gremio. A la fecha contabilizamos 28 desapariciones forzadas pendientes de aclarar.
Y todo esto, ¿a qué se debe? Se debe exclusivamente a esa vergonzosa y vergonzante impunidad que persiste en nuestro México, sobre todo en los delitos contra los periodistas.
Ahora me quiero dirigir a todos ustedes. Amigas y amigos colegas: Todo esto que vivimos debemos de afrontarlo con categoría, con valentía, pero desde luego no exponernos más allá de lo estrictamente necesario. Ya no queremos más muertos, ya no queremos más mártires en el periodismo mexicano.
Terminó. Para cumplir con esta tarea de la comunicación, con esta labor que nace del corazón, para ser periodista, tenemos que tomar en cuenta algo fundamental: El periodismo es un servicio a la sociedad.
Lo he dicho y lo repito: las y los periodistas que no estén convencidos de que nuestro oficio no es para beneficio y vanagloria de nosotros, sino para beneficio de la sociedad, a favor y únicamente para servir a la sociedad; el que no lo entienda, nada tiene que estar haciendo en nuestras comprometidas filas. CONTINUARÁ.
Periodista y escritor; presidente del Colegio Nacional de Licenciados en Periodismo, CONALIPE; secretario de Desarrollo Social de la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP; presidente fundador y vitalicio honorario de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, FAPERMEX, Doctor Honoris Causa por la Universidad Internacional, Académico de Número y Director de Comunicación de la Academia Nacional de Historia y Geografía, ANHG. Agradeceré sus comentarios y críticas en teodororenteriaa@gmail.com Nos escuchamos en las frecuencias en toda la República de Libertas Radio. Le invitamos a visitar: www.felap.info, www.ciap-felap.org, www.fapermex.org, y el portal: www.irradianoticias.com
