El jueves de la semana pasada, en su cuenta de Twitter, el periodista Joaquín López-Dóriga escribió el siguiente mensaje acompañado de una imagen:
“Bien preocupado Hugo López-Gatell en el restaurante Wolfang Puck de la Terminal 2 (del AICM). Más de medio millón de muertos por Covid y él de fin de semana largo”.
Efectivamente. La fotografía difundida por el comunicador mostró a un Subsecretario de Promoción y Prevención de la Salud, de la Secretaría de Salud federal, acompañado por una dama, feliz de la vida y quitado de la pena porque seguramente viajaría, vaya usted a saber dónde en el extranjero, aprovechando el súper “puente” del Día de Muertos en México. ¿Con gastos personales cargados al erario? ¡Por supuesto que sí! Este funcionario podrá ser negligente y cínico, pero no tonto como para poner un centavo de su bolsa en sus frecuentes viajes.
Sin embargo, López-Dóriga se quedó corto con los alrededor de medio millón de muertos por Covid-19 durante lo que va de la pandemia. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) emitió la semana pasada un comunicado en el que informó que el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 fue responsable del 21.27 por ciento de las defunciones registradas durante 2021 en México, colocándose como la primera causa de muerte en el país. Y al exceso de mortalidad provocado por la pandemia también se sumó el exceso de muertes causado por enfermedades del corazón.
Según las estimaciones del Inegi, el Covid-19 provocó 704 mil 358 muertes adicionales a las esperadas según las tendencias históricas. Aunque estadísticamente se esperaban 310,020 defunciones vinculadas con enfermedades del corazón, por canales endémicos, en realidad ocurrieron 441,290, entre enero de 2020 y diciembre de 2021. Esto implica un exceso de mortalidad de hasta el 42.34 por ciento por esta causa, la segunda después del Covid-19.
De acuerdo con la información registrada durante el periodo 2015-2019, de enero de 2020 a diciembre de 2021 se esperaban 1 millón 490 mil 355 defunciones por canales endémicos, pero ocurrieron 2 millones 194 mil 713. Con base en estos resultados es que se tiene un exceso de mortalidad de 704 mil 358 con las estimaciones de canales endémicos lo cual representa un exceso de muertes de 47.26 por ciento, detalló el instituto.
A partir de la llegada de la pandemia de Covid-19 las enfermedades del corazón también provocaron cada vez más muertes en el país. Entre enero de 2020 y diciembre de 2021, estas afecciones provocaron 441 mil 290 fallecimientos, es decir, 42.34 por ciento más de las esperadas. Mientras en 2019, la tasa de defunciones por enfermedades del corazón era de 12.3 muertes por cada 10,000 habitantes; en 2020 y 2021 fue de 17.3 y 17.7, respectivamente. Y aunque afecta principalmente a personas de 65 años y más, también fue la tercera causa de muerte de las personas de entre 35 y 64 años y la cuarta entre los jóvenes de 25 a 34 años.
La tercera causa de muerte fue la diabetes mellitus, enfermedad que cobró 140 mil 729 vidas durante 2021. Y, durante la duración de la pandemia, ocurrieron 289 mil 980 muertes por esta causa, lo cual implica un exceso de muertes de entre el 32.36 y el 36.21 por ciento, informó el INEGI.
Es importante resaltar que los anteriores datos no provienen de ninguna fuente informativa del sector privado. No. Todo quedó registrado en un comunicado oficial del INEGI que, a través de algunos medios informativos, confirmaron sus más altos directivos. ¿Qué revelan? Entre otros factores, la negligencia y las omisiones criminales de quienes han manejado la pandemia en todo el sector salud de México. ¡Y se suponía que desde hace tres años nuestro país tendría un sistema de salud mejor que el de Dinamarca!
Lo anterior fue prometido varias veces por el presidente López Obrador en los pasados cuatro años; y lo volvió a hacer el pasado fin de semana. Incluso, al inaugurar los tramos ya concluidos de la Autopista La Pera-Cuautla, cuando escuchó el grito de “¡no hay medicinas!”, lo admitió y de inmediato dijo: “¡Pero va a haber!”. Vana palabrería, pues todas las instituciones médico asistenciales mexicanas siguen padeciendo el desabasto, no solo de medicamentos oncológicos (muy caros), sino de otros de elaboración simple, como el paracetamol.
En anteriores columnas he escrito que los titulares de la Secretaría de Salud, pero sobre todo Hugo López-Gatell Ramírez podrían ser acusados de delitos de lesa humanidad, entendiéndolos como la comisión sistemática o en gran escala e instigada o dirigida por un gobierno o por una organización política o grupo, en cualquiera de los actos siguientes: a) asesinato; b) exterminio; c) tortura; d) sujeción a esclavitud; e) persecución por motivos políticos, raciales, religiosos o étnicos; f) discriminación institucionalizada por motivos raciales, étnicos o religiosos que suponga la violación de los derechos y libertades fundamentales y entrañe graves desventajas para una parte de la población; g) deportación o traslado forzoso de poblaciones, con carácter arbitrario; h) encarcelamiento arbitrario; i) desaparición forzada de personas; j) violación, prostitución forzada y otras formas de abuso sexual; k) otros actos inhumanos que menoscaben gravemente la integridad física o mental, la salud o la dignidad humana, como la mutilación y las lesiones graves. Al parecer, López-Gatell y sus apoyadores se insertan en el apartado k.
¿Ustedes qué opinan estimados lectores y amigos del auditorio? ¿Llegará el día en que los muertos durante la pandemia se levanten y le reclamen a López-Gatell por los evidentes delitos cometidos? ¿Y los muertos por las demás enfermedades? ¿Y los niños víctimas del cáncer? ¿Y los enfermitos fallecidos por el desabasto de medicamentos en general?
A todo lo antes escrito he de agregar lo manifestado ayer domingo en Sonora por el titular de la Secretaría de Salud Federal, el florero Jorge Alcocer Varela, quien ante el presidente López Obrador dijo que “el nuevo modelo de salud pública en México no existe en otro lugar del mundo; está hecho para las y los mexicanos y, una vez que se consolide, logrará la integralidad de la atención gratuita, sin cajas de cobro, con abasto de medicamentos y cobertura con personal”. Los mismos muertos que se levantarán irán a tocarle a su puerta doctor Alcocer. ¡Vaya cinismo!