En México existen diversas expresiones de violencia de género, en artículos anteriores he referido algunos elementos relativos al tema; sin embargo, los denominados techos de cristal, es una expresión de violencia, que se ejerce de forma discreta pero que afecta a la sociedad, particularmente este tipo de violencia la sufren las mujeres para acceder en condiciones de igualdad a empleos en los que históricamente se han preferido a los hombres. Pero ¿Qué mecanismos existen para evitar este tipo de violencia?
Para contextualizar, es importante citar que el 10 de junio de 2011 fue publicada la reforma a la Constitución en materia de derechos humanos, en la que se prevé la labor de todas las autoridades en el ejercicio de sus competencias de respetar, proteger, promover y garantizar el cumplimiento irrestricto de los derechos humanos, a la luz de lo dispuesto en los artículos 1º Constitucional, y 1º de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que estatuyen que los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos.
Pero, ¿Es una realidad el derecho a la igualdad y no la discriminación, de acuerdo a lo que habitualmente sucede en México? Si bien es cierto, a través de movimientos sociales se han logrado superar los roles que ubican a las mujeres en tareas domésticas, alcanzando el derecho al voto y el poder desarrollarse laboral y profesionalmente; no obstante a ello, aún en la actualidad las mujeres cualificadas buscan eliminar el techo de cristal que consiste en erradicar esas barreras invisibles que les impiden alcanzar su participación en altos puestos de trabajo; empero, no existe aún un panorama con condiciones paritarias, tanto para hombres como para mujeres, ya que en los cargos de alto nivel y decisión, siempre se ha tenido mayor preferencia a hombres que mujeres, como lo establece María Elena Camarena, quien refiere que las mujeres, además de enfrentarse a un techo de cristal que les impide acceder a los puestos superiores de la escala, también se enfrentan a un suelo pegajoso, que se traduce en las dificultades que enfrentan para acceder a los primeros niveles.
Luego entonces, ¿Existirán los mecanismos para desaparecer los techos de cristal en México? La respuesta es de sentido común, para eliminar la brecha de desigualdad entre hombres y mujeres, y así romper esos techos de cristal, el Estado debe adoptar todas las medidas necesarias, para que cada vez más las mujeres se posicionen dentro de la sociedad y logren erradicar su situación de vulnerabilidad y desventaja en la que históricamente han sido ubicadas, brindando las mismas oportunidades que a los hombres, tal y como lo reconoce el artículo 4º Constitucional, para que aquellas mujeres cualificadas logren alcanzar cargos de alta dirección y poder, pues es una obligación que todos y todas deben ser medidas con la misma regla.
La igualdad de oportunidades nos corresponde a todos, hacerlo una realidad en nuestra vida cotidiana, ese es nuestro gran reto. La norma constitucional ya lo estipula, por lo que para hacerlo habitual, en la práctica laboral nos corresponde exigirla a todos y todas.