1.- ¿Qué se puede negociar, qué no?
2.- Urióstegui
3.- La ley Vicaria
4.- Gaby sigue
1.- ¿Qué se puede negociar ante ambiciosos vulgares?. Cualquier cosa, menos dignidad ni dejar la iglesia en manos de Lutero, hasta por supervivencia, porque cuando se le da el poder a los ambiciosos, se entra a una dinámica en la que siempre se quiera más, ya que no se tiene fin; la carrera se desboca, e inmerso en esta vorágine, se empieza con los dineros, se sigue con el poder y se termina con la dignidad de los que están a su alcance.
Nunca se dejen tantas libertades a los ambiciosos vulgares porque finalizarán por atacar a quienes se viven generosos. Recuerden que si por conservar el trabajo se pierde la dignidad, a la larga se pierde dignidad y trabajo, en una fórmula que es tan lamentable como cierta, infalible y que indica que por ceder tanto ante los que no tienen principios.
Cuando Cortés llegó a Tenochtitlan, Moctezuma se desvivió en brindarle regalos y las atenciones, lo que lejos de amainar, aceleró sus ambiciones, y terminó por avasallar la ciudad, y en ese lance quedamos 300 años de esclavos, como lo cuenta en la maldición de la Malinche, Gabino Palomares. Si se les hubiera combatido de entrada, se hubiera ganado y retardado la conquista del país, al que, cuando menos, se le hubiera salvado por un tiempo, prepararse para lo que venía y defenderse con mayor éxito para el futuro.
Los ambiciosos vulgares no tienen principios, si los tuvieran no serían así, y al no contar con columna vertebral, van hacia las cloacas sin lastimar su olfato, con la posibilidad de soportar los olores más fétidos, capaces de las acciones más deleznables, como que, para ellos, la moral es sólo un árbol que da moras, y pregunto, ¿ante personajes de esta calaña, quién se puede sentar a negociar sin salir lesionado en sus pertenencias, persona y espíritu de forma tan terrible que las huellas no se borren jamás; se tatuarán y dejarán secuelas por el resto de la vida, por ello no sólo no se debe sentarse a su lado y menos negociar porque se perderá, al estar en su territorio por siempre y jugar con sus barajas?.
Son tramposos, ventajosos, y así como la cabra tira al monte, los ambiciosos, aunque se negaran a serlo, su naturaleza les traicionará a la segunda palabra y desde la primera de sus acciones porque su defecto se manifestará, como que se lleva en la epidermis.
No siempre es fácil detectarlos, aunque llegan a enseñar la oreja, por ahí dejan algo, pues su vanidad les hace decir y exhibir indicios. Sólo el hombre inteligente sabe cuando callar; el ambicioso exhibirá lo que tiene, lo que es en cada una de sus tantas acciones.
En su historia están las huellas de los ambiciosos, en sus amigos igual; dime con quién te juntas y te diré quién eres, y también por los familiares; si se tienen algunas personas de moral distraída y hasta delincuentes, querrá decir que los principios son tan sólidos como el edificio apuntalado con palillos. Se dice con razón que no se es culpable de la familia que se tenga, pero si en una de ellas hay personajes con situaciones antisociales, seguramente algún o algunos principios no son propios o se guardaron para que no sean el freno para la acumulación de las grandes riquezas y poder; los excelentes mentirosos.
En la vida morelense hay ambiciosos vulgares, mezquinos y perversos. ¿Se atrevería a negociar con ellos?, ¿lo haría con toda libertad?. Yo le diría que la escena la preparara con algún aroma, porque el nauseabundo olor del ambicioso vulgar, no deja de estar presente. Negocie todo, menos la dignidad, pues lo lamentará.
2.- En La Lagunilla un herido de bala; eso queda en Cuernavaca, ciudad en la que quiso la autoridad hacer las cosas a su modo y se hizo del mando único, y lo hizo fatal el señor Urióstegui: Alicia Vázquez no alcanzó a dar el do de pecho y la violencia crecerá.
3.- La ley Vicaria, una necesidad creciente; los diputados están obligados a responder.
4.- Luego de varias reuniones e intensas jornadas de trabajo, les será otorgada su prórroga por tiempo fijo, a 121 compañeros de secundarias generales y técnicas de horas de rúbrica del 2016, 2017 y 2018, que se inscribieron a la evaluación el 30 de abril.