1.- Por si faltaba alguien para el congreso
2.- Cuauh-Luz
3.- El fiscal
4.- El PAN
1.- Por si faltaba alguien en el congreso local, llega Víctor Saucedo para hacerse cargo de la titularidad de servicios legislativos y parlamentarios de la presente legislatura, lo que no hace más que cancelar la posibilidad de que se tenga la intención de hacer un trabajo distinto a las anteriores, puesto que se trata de un personaje repudiado por la ciudadanía, como lo demuestra el bajísimo nivel de votos que recibió cuando candidato a la alcaldía de Cuernavaca, en el 2015, sin llegar siquiera a los seis mil sufragios, abajo hasta de José Luis Flores, quien fue independiente y que tenía como antecedente ser empleado de Fidel Demédicis cuando éste fue senador, y tuvo más papeletas que el PRI.
Víctor Saucedo fue un gris dirigente de la Feum, y pasó por varias administraciones del tricolor, y ha acompañado en la derrota, entre otros, a Amado Orihuela, en el 2012, y se dio después su estrepitoso fracaso cuando compitió por la alcaldía capitalina, además de que ya peleó en una interna del tricolor para ser abanderado del partido por la Ciudad de la Eterna Primavera; lo quiso ganar a la mala; fue descubierto y fracasó.
Estuvo en la Lotería Nacional, sin embargo, en una ocasión se preguntó por él en esas oficinas y nadie lo conocía, lo que no quiere decir que no trabajara ahí, sino que no era de los destacados, pero es otro cantar del ex miembro de los gumacos, grupo al que se incluyó a Armando Ramírez Saldívar, quien, por ahora –tengo entendido- está en espera de una determinación en el ISSSTE por el caso de las vacunas extraviadas, aunque se tiene la versión de que está suspendido; Jorge Meade Ocaranza, quien, en el 2018 corrió con malos números en la búsqueda de la gubernatura, la cual ganó el Cuauh, y en el 2021 quiso imponer a su hijo como regidor por el mismo tri, en la capital, pero Cipriano Sotelo, en su papel de candidato, lo rechazó, lo que le ocasionó que el tamaulipeco amenazara al candidato a la alcaldía capitalina, quien igual perdió, pero tuvo números mejores que los que llegaron para Víctor tres años antes, pero está de regreso.
Los gumacos, desde luego, fueron los grandes promotores en la entidad de la llegada de Jorge Carrillo Olea a la gubernatura en 1994, fecha en la cual inició la época más oscura de la entidad, y que se corre hasta nuestros días, y nunca un asomo de autocrítica por ser los promotores de tan nefasta administración, la última del PRI, acompañada de los Jorges, Morales Barud y García Rubí, quienes, como emergentes, salieron ponchados.
Cercano a Manlio Fabio Beltrones, Víctor Saucedo llegará mañana al congreso local, y el pleno lo elegirá, por lo que viene la pregunta si se hace efectivo el que ¿el agua busca su nivel?, y, de ser así, ¿el nivel de esta legislatura es el de Saucedo?, ¿no encontraron nada mejor en la feria?, ¿en todo el estado no se halló a nadie de nivel?. Es una pena.
Hay cosas que no tienen explicación, y llevar a Saucedo al congreso, y que lo aprueben todos, es una aberración, pero, al mismo tiempo, le pone en su justa dimensión lo que se puede esperar de esta legislatura, llevar a una persona así querrá decir que es todo lo que se puede dar, el anhelo máximo en los servicios legislativos es el priísta, y tendrá el aval de todos los diputados, con lo que se sigue dejando entrar al pasado y al peor tricolor de los últimos tiempos. Que nadie diga que no lo advertí reiteradamente; no lo entienden.
2.- Sin aspavientos, el Cuauh se reunió con Manuel Barttlet Díaz, titular de la CFE para hablar de la entidad. ¿Se acuerdan del senador García Yáñez, que había pedido cita con Barttlet?, pues ya se la ganaron; ahora a aterrizar las cosas, gobernador, por el estado.
3.- Uriel Carmona tiene ante sí un nuevo reto, encontrar a los asesinos de decenas de morelenses, y debe empeñarse en ello para que en la entidad se recobre la tranquilidad.
4.- En el PAN ya encontraron al chivo expiatorio, a Camacho, quien maneja las redes sociales, y lo corrieron o simularon hacerlo. Los verdaderos responsables quedan como cobardes que no aceptan sus culpas.
