La polémica, las controversias, las discusiones, los análisis e inclusive los altercados verbales se vinieron encima e inundaron a todo México y territorios transfronterizos ante la decisión del gobierno de la presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo de entregar a las autoridades estadounidenses a 29 capos, generadores de violencia y varios de ellos señalados como sanguinarios, ello es saludable para la vida del país mientras todo ocurra en el mutuo respeto entre los antagonistas.
El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, hizo tres aclaraciones de la mayor importancia: Los más beneficiados con el traslado de estos 29 generadores de violencia somos los mexicanos, varios de ellos iban a quedar libres por componendas con administradores de justicia y la decisión del envío no la tomó en solitario la presidenta Claudia Sheinbaum.
El antecedente de tales entregas masivas ocurrió en enero de 2007, durante el gobierno de Felipe Calderón se realizó una extradición masiva de 14 narcotraficantes de alto nivel a Estados Unidos, incluyendo a Osiel Cárdenas, Ismael Higuera y Héctor Luis el Güero Palma, en aquella ocasión fueron extradiciones, ahora fueron entregas.
“Estas personas -explicó el funcionario-, como bien saben cometían actos de amedrentamiento contra autoridades, corrupción, homicidio, extorsión, esa es la razón por lo que se hizo, esa es la razón por la que se tomó y por supuesto beneficia a los dos países”, algunos contaban con solicitud de extradición con 11 años de antigüedad, en tanto otros personajes ligados al crimen organizado llevaban esperando hasta 40 años para ser presentados ante autoridades estadounidenses.
Entre los 29 narcotraficantes extraditados este jueves 27 de febrero, están: el sinaloense Rafael Caro Quintero, mejor conocido como el “Narco de Narcos”. José Rodolfo Villarreal Hernández, Luis Geraldo Méndez Estevan, Vicente Carrillo Fuentes y Andrés Clark y el recién aprehendido en Culiacán, José Ángel “El Güerito” Canobbio,
Es de obligación aclarar que, al contrario de la extradición, que obliga al país receptivo a juzgar a los delincuentes por el o los delitos por lo que fueron traslados y no imponer penas mayores, como la pena de muerte, de acuerdo con los códigos penales del país de origen, en esta llamada entrega, por lógica, Estados Unidos no está obligada a cumplir con esa regla. Nosotros humanistas, contrarios a la pena capital, esperamos que las autoridades estadounidenses no la apliquen.
El jurisperito y reconocido penalista, Gabriel Regino, quien fue muy cercano al expresidente, Andrés López Obrador y que por doctrinas o ideologías opuestas se separaron, hace un profundo análisis del acontecimiento inédito.
Reproduzco los siguientes párrafos porque supongo que pueden explicar el acontecimiento, inicia con la diferencia entre Extradición y Entrega por Seguridad Nacional
“La extradición es el proceso legal ordinario mediante el cual un Estado entrega a una persona a otro Estado para ser juzgada, cumpliendo un tratado bilateral y las garantías judiciales (por ejemplo, México y EE.UU. tienen un tratado desde 1978 que exige garantía de no imponer la pena de muerte. Este proceso conlleva revisión judicial, derecho de defensa y condiciones como la prohibición de pena capital (respaldada por el Art. 15 de la Constitución mexicana y el Art. 8 del tratado de extradición ).
En contraste, la entrega por seguridad nacional es una figura extraordinaria basada en la Ley de Seguridad Nacional (LSN) de México. Dicha ley define como amenaza a la seguridad actos que impidan a las autoridades actuar contra la delincuencia organizada (Art. 5, fracción III y faculta la cooperación internacional para combatir amenazas transnacionales (Arts. 12, 15 y 16. Bajo esta premisa, el Gobierno mexicano interpretó la LSN para trasladar “de inmediato” a 29 capos al extranjero, en apego a solicitudes de EE. UU., evadiendo el procedimiento de extradición tradicional. Las autoridades, de hecho, evitaron usar el término “extradición” y calificaron la medida simplemente de entrega, amparada en seguridad nacional.
La entrega inmediata de 29 capos a EE. UU. bajo el paraguas de seguridad nacional señala un nuevo paradigma en la cooperación bilateral en seguridad. México ha demostrado estar dispuesto a saltarse sus propios procedimientos para satisfacer una demanda urgente de Washington.
Y concluye: “Esto envía un mensaje potente al crimen organizado: ya no pueden contar con prolongar procesos en México como estrategia dilatoria; la posibilidad de una entrega expedita es real. Ello podría tener un efecto disuasorio –los líderes criminales saben que, de ser capturados, podrían acabar en una cárcel estadounidense de máxima seguridad en poco tiempo, sin posibilidad de maniobrar legalmente en México–. En ese sentido, la amenaza de una extradición “inmediata” aumenta la certeza de castigo.
Finalizamos: Hasta Felipe de Jesús Calderón Hinojosa reconoció la acción del gobierno de México de extraditar a Caro Quintero y a los hermanos Treviño a Estados Unidos: «Aunque haya sido bajo la presión del gobierno de Donald Trump, hay que reconocer la acción del gobierno de extraditar a Rafael Caro Quintero, y a los hermanos Treviño, los muy violentos líderes de los Zetas, el -Z40 y el Z-42”. afirmó.
Periodista y escritor; presidente del Colegio Nacional de Licenciados en Periodismo, CONALIPE; secretario de Desarrollo Social de la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP; presidente fundador y vitalicio honorario de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, FAPERMEX, Doctor Honoris Causa por la Universidad Internacional, Académico de Número y director de Comunicación Social de la Academia Nacional de Historia y Geografía, ANHG. Agradeceré sus comentarios y críticas en teodororenteriaa@gmail.com Nos escuchamos en las frecuencias en toda la República de Libertas Radio. Le invitamos a visitar: www.felap.info, www.ciap-felap.org, www.fapermex.org y el portal: irradianoticias.com