El pasado 10 de diciembre concluyeron los 16 días de activismo contra la violencia hacia las mujeres, un periodo que, lamentablemente, no ha traído consigo los cambios que la sociedad necesita con urgencia. Año tras año, las cifras siguen siendo alarmantes y, a pesar de las promesas institucionales de erradicar este flagelo, la violencia de género sigue siendo una realidad inamovible en nuestra sociedad.
En México, el panorama es devastador: nueve mujeres asesinadas cada día, muchas de ellas en sus propios hogares o por quienes deberían ser sus personas más cercanas. Pero no se trata solo de México. En todo el mundo, las mujeres siguen siendo víctimas de una violencia espantosa: cada hora, cinco mujeres o niñas son asesinadas por familiares, y América Latina lidera la lista con 14 de los 25 países con más feminicidios.
La pregunta es: ¿por qué sigue ocurriendo esta barbarie? La respuesta es compleja, pero clara: un discurso machista que minimiza y justifica la violencia, autoridades que no actúan a tiempo, falta de apoyo a las sobrevivientes y, quizás lo más doloroso, el silencio cómplice de todos nosotros. Cada vez que ignoramos este problema, cada vez que miramos hacia otro lado, estamos perpetuando la desigualdad y la violencia.
Este es un llamado a la reflexión: no basta con condenar la violencia de género en fechas específicas; debemos cuestionar las estructuras que la permiten y, sobre todo, actuar. No permitamos que esta tragedia continúe sin que hagamos lo necesario para erradicarla.
Hoy el mensaje es de esperanza, no solo por los días navideños en los que elegimos pensar en mejores tiempos por venir, y que a pesar de la desolación, cada acción cuenta, cada voz que se levanta, cada mujer que denuncia, es un paso más hacia un futuro sin violencia. Les deseamos un fin de año lleno de reflexión, empatía y, sobre todo, de compromiso para seguir trabajando juntos por la igualdad y la seguridad de todas.
Hasta pronto.
