Hoy y el viernes que viene dejaré el comentario político, descansar de ciertos gustos es conveniente, se que los temas a comentar serán muchos más, pero hay que prevenir que no se convierta el gusto… en vicio.
Joaquín Salvador Lavado Tejón, conocido bajo el seudónimo de Quino, fue un humorista gráfico e historietista argentino nacionalizado español. Su obra más conocida fue la tira cómica Mafalda, publicada entre 1964 y 1973. A principios de los 80s tuvo que someterse a atención psicológica por haber viciado su gusto en la búsqueda de temas que tratara con ironía.
Para un servidor, guardada una abismal proporción con Quino, no existe ese riesgo, cada seis años tengo un personaje diferente y temas de sobra que ironizar en su actuación. Por el momento, mientras pasa la vorágine Mexiquense y la de los Broncos del Norte Coahuilense, aquí mi comentario de hoy.
En días pasados leíamos una aterradora nota: Un orate trepanado del cerebro daba muerte a un perrito al aventarlo a un cazo chicharronero con manteca hirviendo.
Orangután policía capitalino cometía ese asesinato ante los ojos atónitos de su pequeño dueño, su Madre refería:
«Ese día mande a mi hijo a la carnicería para que comprara carne para almorzar y lo siguió nuestro perrito, al poco tiempo regresó mi hijo llorando diciéndome que habían matado a Scooby”.
Los argumentos son varios, sin razón alguna para culpar al animalito habiéndolo hecho objeto de su venganza.
Acto ruin e inhumano que nos deja ver la decadencia de parte de la sociedad, en este caso los exámenes psicológicos y de confianza fallaron totalmente en la Secretaría de Seguridad a cargo de García Harfuch.
El escritor Oscar Wilde dijo sin ironía: “Si uno está con animales corre el riesgo de ser mejor persona”.
Compartir nuestra vida con un animal de compañía es una auténtica bendición. El afecto que profesamos por ellos y el que ellos nos profesan ejerce un enorme beneficio en nuestra salud, tanto física como mental. En definitiva, la vida resulta mucho más enriquecedora y menos sombría junto a un perro.
Lo hemos dicho ya en otros comentarios vivir con perros es beneficioso, disfrutar de nuestro día a día con nuestro perro es, además de muy saludable, un medicamento contra el estrés, la ansiedad y la depresión. La compañía de un perro es una de las cosas más gratificantes que existen.
En nuestro país, los animales de compañía son reconocidos, por ley, como seres que sienten. Y no sólo eso, sino que consagran parte de su vida o su vida entera a complacernos. Con sus infinitas demostraciones de afecto y cariño consiguen establecer un vínculo emocional tan fuerte con nosotros, que, cuando nos faltan, reparamos en que no hay otro más duradero e incondicional como aquel que nos dieron mientras vivieron.
Pasando el tiempo, me dispongo a escuchar el concierto de aguerridos ladridos de la Nala y La Pulga en contra del tamalero, el gasero, el señor del agua o los misioneros Testigos de Jehová, que tienen la ocurrencia de pasar por el visor que deja el portón con la pared.
Mi recuerdo grato a Rin Tin Tin, Lassie Snoopy, Pluto, Wella, Scooby Doo, Tribilin, la Pinky, El Gran Buzz, al Poppy y tantos bellos perritos que me han alegrado la vida.
Al bestia asesino sólo le digo ¡Que Dios le perdone!