A través de un comunicado, el obispo emérito de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, informó que no presentará denuncia sobre los hechos de los que fue víctima. De la misma manifestó su perdón a quienes le causaron daño y a aquéllos que lo revictimizaron “producto de la desinformación”.
Apenas al medio día de este martes 7 de abril, el obispo de Cuernavaca, Ramón Castro Castro, declaró que Rangel Mendoza aún no estaba en condiciones de declarar ante las autoridades e informó que se encontraba con sus familiares.
El 29 de abril se conoció la denuncia de desaparición de persona; no se conocía el paradero del religioso desde el 27. La tarde del mismo día 29, el fiscal general de Justicia de Morelos, Uriel Carmona Gándara, dio la noticia de su hallazgo con vida y que se encontraba recibiendo antención en el área de urgencias del Hospital General de Cuernavaca “José G. Parres”.
Posterior a conocerse la identidad del paciente hospitalizado, la Secretaría de Salud del gobierno estatatal, aclaró que su ingreso al nosocomio, en calidad de desconocido, fue el 28 de abril a las 13:21 horas.
El Fiscal General declaró que los primeros inidicios hacían suponer que el obispo habría sido víctima de un secuestro exprés.
Ante ello, el secretario de Gobierno en funciones de titular del Poder Ejecutivo, Samuel Sotelo Salgado, reveló que existían videos, que ya formaban parte de la carpeta de investigación, en los que se apreciaba a la víctima en dos ocasiones en cajeros automáticos; indicó que no había ninguna conducta que pudiera sugerir que era obligado a hacerlo.
El titular de la Comisión Estatal de Seguridad Pública, José Antonio Ortiz Guarneros, al acusar que la versión del supuesto secuestro exprés solo buscaba dañar la imagen de la institución que el encabeza, de la misma forma confirmó la existncia de videos que fueron entregados a la Fiscalía pero reveló su contenido: “el obispo entró a un hotel de manera voluntaria acompañado de una persona del mismo sexo”.
En su homilía dominical, el obispo de Cuernavaca, Castro Castro, señaló que esas declaraciones se ocuparon maliciosamente a través de miles de “bots” para dañar el prestigio de la Iglesia Católica.
Hoy llega a su fin esta historia que abrió muchas heridas que no todos se perdonarán.