A finales de los años 80 el cantante hispano Miguel Ríos cantaba la canción No voy en tren, cuya letrilla entona: No voy en tren, Voy en avión, No necesito a nadie, A nadie alrededor
La semana pasada publicó REFORMA: No es por romperle la ilusión a nadie en Palacio Nacional, pero todo indica que, en eso de los trenes de pasajeros, al presidente… ¡le van a dar el avión!
La propuesta que presentara el Guarda Vías Macuspano, con temporalidad señalada al 14 de enero próximo, a las empresas ferroviarias de carga, rueda lenta en el carromato de la realidad en rieles sin durmientes que puedan sustentar al mega proyecto del Trenecito de Pasajeros del Bienestar.
Al Cachirulo presidencial le van bien las estrofas de Miguel Ríos de No voy en tren voy en avión, por lo que es conveniente terminar de establecer reglas de operación y destinos rentables de Mexicana de Aviación y terminar las vías de acceso y todo lo inconcluso del AIFA para captar más pasaje que soporte su costosa operación.
El fijar AMLO antes del 15 de enero como perentorio para que los empresarios den respuesta y con lo que expresó «de una u otra manera habrá servicio de pasajeros”, deja a aquellos sin oportunidad de estudio de un Proyecto Ejecutivo de Inversión y se reafirma la intención de que será la Cuarta T, seguramente a través de la SEDENA, quien desarrolle un Proyecto Ferroviario qué carecerá de planeación, deja ver claramente su inclinación a nacionalizar los ferrocarriles en nuestro país.
A diez meses de entregar la Presidencia y con esa fecha fijada, presiona al empresario ferroviario a que decline la invitación a participar en el mega proyecto del Tren de Pasajeros, son 54 días los que los técnicos proyectistas tienen para realizar estudios técnicos y proyectos ejecutivos para una red de 18 mil kilómetros de vías que componen las 7 rutas definidas en la convocatoria.
Dudo que AMLO pueda reflexionar, es mucho pedirle, sobre su decisión de echar andar el Trenecito de madera, no hay marcha en reversa, el repudio empresarial a un sueño guajiro no será criticable, es razonable y el gobierno federal a través de su instrumento político la Cuarta T debe hacer lo mismo, cancelar esa burda, costosísima e innecesaria idea.
El presidente hace eco a lo que dice la canción: Cuando era niño nunca fui muy listo, Tocaba el piano como un animal, Porque no hay nadie que mi piel resista, Porque no hay nadie que yo quiera ver.
Dado a la complejidad que guarda la construcción y operación de los trenes, hay el criterio de que la mejor forma de moverse entre las ciudades de mayor distancia es en avión y entre las ciudades más cercanas, los autobuses de pasajeros.
La SEDENA debe aconsejar positivamente al presidente, debe hacer una breve investigación lo que los trenes de pasajeros significan en Europa y en USA, la conveniencia que representó el costo-beneficio al eficientar el uso del avión como transporte pasajero.
El ejecutivo Federal sugiere un precio de pasaje muy barato, de ser así tendrán que subsidiarlo, con lo que estará creando otro ente parásito de los ya menguados recursos nacionales, tal y como ocurre con PEMEX, entidad que durante los cinco años de gobierno de la 4T ha sido un barril sin fondo que lejos de producir ganancias, se le sigue inyectando dinero a lo tarugo.
Con esta entrega agoto el tema “El trenecito de los sueños” y nos vamos a analizar al otro fentanílico sueño que es la Mega Farmacia del Bienestar cuya inauguración está anunciada para el próximo 30 de diciembre.
Farmacia que no tendrá Simi Doll, sino el Peje Doll o ¡el AMLITO!