El ex secretario de Estado de Estados Unidos, George Shultz, falleció el sábado 6 de febrero a los 100 años.
La Universidad de Stanford, en California, que informó de su defunción, lo describió como “uno de los políticos más importantes de todos los tiempos” en el país, y destaca que en sus años de actividad política trabajó para tres presidentes, entre ellos Ronald Reagan, con quien formó equipo para avanzar hacia el final de la Guerra Fría.
En un artículo de opinión publicado en diciembre con motivo de su centenario, el diario The Wall Street Journal aseguraba que ayudó a fraguar la amistad entre Reagan y el entonces presidente de la Unión Soviética, Mikhail Gorbachov. “Su experiencia en diplomacia permitió un final pacífico a la Guerra Fría”, escribió entonces el exsubsecretario de Defensa de EE.UU., Paul Wolfowitz.
Para Wolfowitz, Shultz no sólo logró algo que cuando Reagan llegó al poder en 1981 parecía un “sueño imposible”, sino que también consiguió “restaurar el equilibrio de las relaciones entre Estados Unidos y China”.
Shultz nació en Nueva York el 13 de diciembre de 1920. Cursó estudios de Bachiller en Arte y se doctoró en Filosofía en la Universidad de Princeton, donde obtuvo el titulo de “bachelor” en Economía el año 1942.
Durante la Segunda Guerra Mundial sirvió en la Infantería de Marina y posteriormente ejercería una carrera como profesor universitario en varios centros, hasta que en 1969 fue designado Secretario de Trabajo por el presidente Richard Nixon (1969-1974), en cuyo Gobierno ocupó distintas posiciones.
Como secretario de Estado negoció la reducción de armamento con la Unión Soviética y también vivió la crisis con Panamá que acabó en la invasión del país por parte del Ejército estadounidense en diciembre de 1989, cuando el mandato de Reagan llegaba a su fin.
George Shultz, ayudó a acabar con la Guerra Fría pero también impulsó los polémicos ataques preventivos.