Don Saúl Uribe Ahuja emprendió el viaje al éter eterno al perder la batalla ante COVID-19, tras 91 años de fructífera vida.
Acompañamos en su dolor a su familia, a su pareja María Luisa Ureña e incontables amigos. In Memóriam.
En junio 13 de 2019, don Teodoro Rentería Arróyave, amigo del abogado, escribió:
Después de haber celebrado los 90 y los 91 abriles del abogado y humanista, Don Saúl Uribe Ahuja, en su hacienda de San Francisco Ocotepec, Hidalgo, que fuera de la heroína Leona Vicario, y luego en su casa de Naucalpan, Estado de México, respectivamente, exacto en su día, 11 de junio, nos queda en lo más profundo de nuestros sentimientos seguir por muchos años asistiendo a estos festejos que fortifican el alma y nos renueva el ánimo por las vivencias superiores para el presente y el futuro.
Como ya lo hemos descrito anteriormente, Saúl sufrió dos embolias y una operación de carótida, que le impide caminar y le bajó el tono de voz, además de que enfrenta la ambición de seis de sus ocho hijos que lo quieren despojar de sus bienes, como el mismo dice: no son capaces de esperar a que emprenda el viaje postrero, para heredar lo que en verdad, por su vesania, nos les pertenece.
Las antípodas están presentes en este hombre de brillante intelecto y por tanto de humildad en sus relaciones de amistad o de hermandad. En efecto, su situación que se supondría lo tendría postrado, para él, lo contrapuesto en su rutina, nada lo arredra y vive plenamente su circunstancia y su tiempo.
Lo dijimos en la reunión, muy joven, incipiente reportero, me enviaron a entrevistar a un gran señor que laboraba de ’bolero’, lustrador de calzado, en la Alameda Central del entonces Distrito Federal, porque lo había perdido todo, menos el ánimo de vivir. No tenía familia, por un accidente le amputaron ambas piernas y los ’perreros’, le habían sacrificado a su can-amigo, sus ganancias las invertía en el alimento para las palomas.
Me informé y leía en aquel entonces a Arthur Schopenhauer sobre que la vida es carencia, pero al mismo tiempo es deseo. Y a Friedrich Nietzsche que enseñaba sobre el propósito de vida: ’Un por qué para vivir’. Es decir, darle sentido a la vida.
Ese es el caso de Saúl Uribe Ahuja, le da sentido a su vida en su nonagenario en múltiples aspectos: lucha por la preservación y enriquecimiento de la Hacienda que fuera de la heroína Leona Vicario ’Madre de la Independencia de México’, y logró que el Instituto Nacional de Antropología e Historia la declarara ’Monumento Histórico Nacional’;
Lucha sin desmayo, porque vuelva a tener agua el sediento Acueducto Tembleque, que logró que la Organización de las Naciones Unidas, ONU, lo declarara ’Patrimonio Cultural de la Humanidad’.
Lucha por la hermandad entre sus amigos, ha sido y es mecenas de periodistas y de escritores; nosotros llegamos tarde a su círculo íntimo, es de sentirse, pero más triste hubiera sido no haber llegado.
Tres camaradas de la pluma y el saber lo acompañamos a Saúl y a su pareja, la querida María Luisa Ureña, los maestros Gonzalo Martré, Arnulfo Domínguez Cordero y el autor. Ahí expresamos:
Saúl: tu nombre masculino procede del hebreo Derivado del arameo Y te describe tal cual: ’Aquel que ha sido pedido al Señor O deseado por tu pueblo’
Y yo agregaría: por tus amigos y hermanos.