MUCHO AYUDA EL QUE NO ESTORBA

Por Irradia Noticias

Al menos será de uno a cinco años en que se tenga la recuperación del Puerto y la Ciudad de Acapulco, por el momento la economía de ese municipio está destruida.

Se estima que medio millón de sus habitantes dependían directamente del Sector Turístico, otros 200 mil gravitaban en la informalidad, en la pequeña industria y en el sector agrícola.

Al detenerse de inmediato toda actividad inherente a los hoteles por los graves destrozos sufridos en los edificios y en sus servicios colaterales, son muchos los empleos que se pierden, dos tipos de empleo se ven afectados de tajo y son: formal e informal. El empleo formal incluye a los trabajadores que tenían una relación laboral reconocida y que hacían cumplir sus derechos laborales (tales como seguridad social, beneficios no salariales de liquidación o finiquito al término de la relación de trabajo).

A donde se irán a trabajar empleados “formales” como son camaristas, maleteros, meseros, cocineros, cantineros, recepcionistas, lavanderas, etc., etc., etc. Aquellos que su especialidad sea afín al de la construcción se ocuparán y hasta se multiplicarán durante el periodo de reconstrucción. 

Según el presidente López Obrador, las empresas aseguradoras pagarán esta semana el 40% de las sumas aseguradas a los empresarios para que empiecen su recuperación. Al menos el 10% de las empresas hoteleras radicadas en Acapulquito cuentan además del seguro de contingencia, con Seguro para Gastos Consecuenciales que les permita atender nómina de tres meses y la liquidación de sus trabajadores, pero ¿los demás qué harán para solventar a sus empleados?

Otros empleados “formales” o “informales” y empresarios que de toda forma se relacionan al turismo, ¿qué harán para sobrevivir si ya no cuentan con fuente de empleo? Pequeños hoteles y posadas, los restaurantes, bares, tables, cantinas, fondas, cervecerías, los Sanborn´s pasaron a formar parte de la lista del desamparo y con ello sus trabajadores. También los vendedores de artesanías, los de almejas y ostiones, los de cocos con gin, las peinadoras de rastras, las masajistas, los vendedores de dulces de tamarindo y de coco, los vendedores de aceite de coco y protectores de piel, los changarros que vendían ropa de playa, las bailarinas del Tabares, los cadeneros y guarros de seguridad, los viene viene, los clavadistas de La Quebrada, los de la pozolería La Chilapeña. 

Walmart, Soriana, Chedraui y los mercados municipales a ¿quiénes les venderán los comestibles, los abarrotes, las frutas y verduras, las carnes, la crema y quesos, los chiles secos?, si no tienen que vender porque se mojaron, ¡se los robaron! O no dejan los de la Guardia Nacional que les lleguen, o lo más triste, no tienen clientes porque estos no tienen dinero para comprar o se están yendo de Acapulco.

Al no existir el FONDEN dejó de existir su protocolo, sus reglas de operación de todo lo que involucra Protección Civil, se perdió un guion que permitía enfrentar posibles desastres y su recuperación. El huracán Otis fue visto varios días antes, 48 horas previas se sabía que era un meteoro en potencia al que se debía vigilar con anuncio a la población a prevenirse como pudiera, ya no hubo un protocolo de desalojo ordenado, ya no hubo ¡nada!

El FONDEN contemplaba el pago de un porcentaje de salarios durante 180 días, hoy ¿quién jijos de la re chin … apoyará a cientos de miles de personas que no pueden ni siquiera salir a mendigar? ya no hay nada, entre el pinche huracán, los infelices ladrones, los desgraciados rapiñeros, los cárteles peinando sin misericordia a todo mundo y el gobierno con sus distractoras encuestas y censos obligan al sufrido ciudadano a buscar en otros lares el sustento de sus familias.

El Municipio de Acapulco se verá afectado no solo físicamente en su inmueble, en los pozos de agua potable, en los edificios que tiene para cumplir su función de gobierno. Económicamente la afectación oficial es 87% según la alcaldesa, cifras reales es de mínimo 95%. Pregunto ¿qué ciudadano tendrá dinero para pagar impuestos y servicios municipales? La autoridad municipal tendrá que hacer una exención de esos pagos hasta que arranque el nuevo Acapulco o sea se quedará más jodido de lo que ya está y ¿cómo le hará para su restablecimiento? ¿San Andrés de Macuspana tendrá la voluntad de ayudar, pero, verdaderamente tendrá dinero para hacerlo?

En el recuento de daños y damnificados falta un número infinito. Las empresas y socios de Tiempo Compartido, aquellas personas que tenían una casa o un departamento en condominio para fin de semana, ¿qué fue de los enfermos que estaban siendo atendidos en urgencias de los hospitales y que los aparatos a los que estaban conectados dejaron de funcionar por la carencia de energía eléctrica?

Hay un grave problema para los acapulqueños, además de los que ya tienen. El pago de las mensualidades de las TC, de los préstamos comerciales, de nómina o hipotecarios. ¿Cómo le van a hacer para pagar si no tienen trabajo?

El rescatista Macuspano dijo este viernes que él ya no iría por el momento a Acapulco, así no les dará gusto a sus adversarios para que nuevamente critiquen su conmiserada presencia en el puerto, o sea que ya no abuse más de mostrar compasión, empatía o solidaridad con la condición o estado mísero, miserable o desdichado del pueblo acapulqueño. Dice él que trabajará en la coordinación de los hechos y que ya no dará otro show como cuando, a propósito, se atascó del lodo de la tragedia para la lastimera fotografía que circuló, más, como una estúpida caricatura.  

Digo yo “mucho ayuda el que no estorba” 

Otis ha sido el huracán más desastroso en la historia moderna de México, sigamos el ejemplo de muchos mexicanos y extranjeros que se han solidarizado con el pueblo acapulqueño para en principio, de manera organizada, no con el gobierno, enviar despensas, comestibles no perecederos, agua y medicamentos para mitigar en parte la necesidad humana del bello puerto de Acapulco.

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