El 18 de mayo de 2018 escribí en mi comentario de los viernes, lo siguiente:
“Los resultados de las elecciones presidenciales próximas podrían plantear riesgos en términos de políticas macroeconómicas. Bajo una administración del candidato de izquierda, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), no podrían descartarse riesgos relativos a una implementación más lenta de reformas (en especial, en el sector de energía), la pretensión de crear 4 nuevas refinerías nacionales se contempla como un proyecto inviable dado que globalmente los mercados reorientan el objetivo al uso de energías alternativas, dejando un escenario de obsolescencia para las refinerías en los próximos 15 años.
Trump abrió muchos frentes de batalla en el mundo, hoy como dice el dicho, el que mucho abarca poco aprieta, su diatriba negativa hacia el TLCAN poco podrá afectar ya que es un instrumento creado con las voluntades de tres países y su cancelación o continuidad, no obedece al capricho de una persona sino a la decisión conjunta de tres Naciones” Hasta aquí la cita.
El 1 de julio de 2020 entro en vigor el tratado de libre comercio entre Canadá, Estados Unidos y México, el T-MEC, fue propuesto por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y fue firmado por Trump, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, el 30 de noviembre de 2018, como un evento paralelo de la Cumbre del G20 de 2018 en Buenos Aires.
Con esta firma, las tres naciones modernizaban el TLCAN alcanzando un acuerdo comercial que brindaría certidumbre al comercio y a las inversiones, haciendo al comercio regional más inclusivo y responsable al integrar nuevos capítulos como PYMES, medio ambiente, anticorrupción y trabajo.
Fueron casi 20 reuniones de trabajo para diseñar el nuevo Tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá, luego de tres años de negociación y que sustituyo al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), cuya vigencia duró 25 años.
Siendo AMLO presidente electo, solicitó al entonces presidente Peña Nieto la inclusión con voz y voto en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte de Jesús Seade Kuri, Ingeniero químico por la UNAM, Maestro en Economía por el Colegio de México, Doctor en Economía por la Universidad de Oxford, y político mexicano de origen libanés, exsubsecretario para América del Norte en la SRE y actualmente Embajador de México en China, para proponer y defender los criterios y acuerdos que fueran convenientes para su administración.
Las empresas estadunidenses han reclamado el respeto a sus contratos en materia de generación eléctrica, importación de combustibles, almacenamiento, distribución de gasolina y diésel llegaron al límite. Lograron que su gobierno las represente en disputa formal Estado-Estado bajo el T-MEC, pues, evidentemente para la Secretaría de Energía y la CFE no hay razón que no sea la suya y el presidente los respalda.
La solicitud formal de consultas de arbitrio para llegar a un Panel de Solución de Controversias se ha hecho pública, acusa que las políticas implementadas por la SENER, la CFE, Pemex, la Comisión Reguladora de Energía, el Centro Nacional de Control de Energía y los demás organismos, han cortado la inversión en energía limpia realizada por las compañías de Estados Unidos al realizar una contrarreforma que, además, contradice los Acuerdos de París signados por México y que son base del T-MEC.
Canadá iniciará conversaciones sobre disputa energética con México y apoya la postura de Estados Unidos estando de acuerdo con que las políticas son inconsistentes con las obligaciones de México en el TMEC.
Andrés Manuel López Obrador avaló al T-MEC voluntariamente y se comprometió a cumplirlo, obvio con la recomendación de Jesús Seade Kuri y ante la complacencia de “su brother” Donald Trump, hoy, con postura de antiamericanismo, considero usada por los tiempos como campaña electoral, con ligereza expresa “Uyy que miedo”. Aprecio que la sorna y la burla no deben ser usados como instrumentos para evadir sus responsabilidades las que debe atender con la seriedad de ser el Primer Mandatario de México.
Al pedir consultas de arbitraje con México, Estados Unidos admite que fracasó en convencer diplomáticamente al gobierno de la 4T que sus políticas energéticas estatistas son violatorias del T-MEC.
Considero que es necesario que México cumpla con los compromisos firmados en el TMEC para con inteligencia, seguir manteniendo la confianza de inversión de las empresas estadounidenses y canadienses en nuestro país, así como con las demás que involucran tratados comerciales firmados con otros países.
México no se ha recuperado económicamente a la posición que tenía antes de la pandemia, al violar equívocamente al T-MEC queda en alto riesgo ante las sanciones que consigna el documento que como Estado firmó, debe reconsiderar su acción y recurrir a lo clausulado en el mismo para defender a aquello que sienta que está siendo dañado.
Por lo pronto les recuerdo que, la semana tiene siete días y ¡gracias a Dios es viernes!
