No existe ninguna forma en que la aprobación de las contribuciones tributarias, mejor conocidas como los impuestos -o los incrementos a las ya existentes- puedan ser bien recibidas por la población en su totalidad. Siempre, al menos algún sector, se sentirá afectado en sus intereses, por más que un determinado impuesto genere beneficios de carácter general.
Si bien los impuestos son absoluta e irremediablemente tan necesarios como impopulares, para que el Estado pueda cumplir con sus funciones y obligaciones para con la sociedad, también es cierto que los mismos deben estar perfectamente justificados, así como, en las democracias modernas, el uso y destino de los recursos recaudados exigen ser claramente registrados y explicados, poniendo la información al alcance de cualquier ciudadano. Eso es, nada más ni nada menos, la transparencia y rendición de cuentas.
Los regímenes democráticos contemporáneos han distribuido las responsabilidades en materia presupuestal en los órganos autónomos que se derivan de la división de poderes, a fin de que no sea un solo poder el que decida al respecto, de manera que mientras unos proponen otros revisan y ya bien aprueban o sancionan, según sea el caso.
En los días por venir, la secretaria de Hacienda, Mirna Zavala Zúñiga, responsable de la presentación del paquete presupuestal para el 2025, tendrá que explicar y justificar los nuevos impuestos y los incrementos a otros, entre los que también debe contarse a la llamada actualización de las tablas tributarias, además del impuesto ecológico, lallamada “tenencia vehicular”, el gravamen al arrendamiento de inmuebles a través de plataformas digitales y el incremento al impuesto sobre la nómina del 2 al 3%.
De entrada, la titular de Hacienda ya cometió su primer error mediático. Quiso presentar lo que llaman “tenencia vehicular” como un “estímulo para los contribuyentes”, cuando en realidad se trata de un recargo, una amenaza, pues, que se aplicaría a quienes no cumplan con el pago de sus derechos vehiculares durante los primeros cinco meses del año. El argumento de Zavala Zúñiga de que el objetivo es fortalecer la recaudación local, debido a que Morelos depende en un 97% de las participaciones federales, es válido, pero resulta insuficiente, ya que suena, simplemente, a que el dinero que les llegará no les alcanza y necesitan obtener más.
El análisis y aprobación, junto con posibles modificaciones al presupuesto corresponden al Congreso local. Sin embargo, el ejercicio de la gobernanza contempla que sean considerados los diferentes sectores sociales y económicos, al menos con su opinión. Hasta el momento, aunque quizá lo hagan en breve, las cámaras empresariales y comercialesno se han pronunciado al respecto. Y tampoco sabemos si fueron tomadas en cuenta, si se las involucró ya no en la confección del paquete presupuestal en su totalidad, sino siquieraen el tema, particularmente, de los impuestos locales.
Ahora bien, la aprobación del presupuesto requiere de 14 votos, mayoría calificada en el Congreso. En el mejor de los casos, el gobierno cuenta con 12 de ellos, garantizados, pero insuficientes. El debate, las negociaciones y los acuerdos serán del mayor interés en los siguientes días. Estaremos al pendiente.
Y para iniciados:
En el PRI, todo queda en familia. Jonathan Márquez Godínez renunció a la presidencia del PRI en Morelos, tras cinco años de haber vivido de las prerrogativas y de la entrega de los peores resultados electorales en su historia. Aunque no faltan los chismes conspiranoicos sobre su posible incorporación a Morena, radiopasillo severamente cuestionable, lo cierto es que su amistad y cercanía con Alito Moreno bien pueden garantizarle un espacio en alguno de los órganos nacionales del partido o alguna delegación. Su desempeño al frente de la dirigencia y la forma en que haya usado los recursos del partido no serán cuestionados, pues a su relevo entra su súper brother, el exdiputado Eliasib Polanco Saldívar, a quien le tocará enfrentar el torito de las elecciones intermedias, con un PRI que nada más no halla la manera de recuperarse de la caída libre en las preferencias electorales, desde hace años. No obstante, sí debe felicitarse el reconocimiento a la lealtad y el compromiso partidario que se hizo en la persona de Abi Mérida, joven priista que se ha mantenido firme a pesar de todo, siendo nombrada secretaria general.
La información es PODER!!!