El 6 de octubre retomé el texto publicado en Facebook a mediados de septiembre por algún paciente enfermo de leucemia mieloide aguda, quien acudía a recibir su “tratamiento” al Hospital 20 de Noviembre del ISSSTE en Ciudad de México, hasta que los hematólogos del nosocomio lo declararon “oficialmente desahuciado”, remitiéndolo a su casa dizque para tener mejor calidad de vida. En lugar de la hospitalización y porque ya no se podía hacer más ahí, recibiría un “tratamiento paliativo” mediante ciertos medicamentos.
Puedo asegurarles, gentiles lectores, que conozco a plenitud este caso de evidente negligencia médica -desde su origen-, pues la persona enferma me mantiene informado, entre otras cosas, sobre el desabasto de medicamentos oncológicos, con lo cual se confirman las motivaciones de quienes en fechas recientes han protestado afuera del Aeropuerto Internacional de CDMX exigiendo medicamentos para sus hijos con cáncer. Obviamente, entre esos infantes debe haber muchos casos de leucemia. Los manifestantes siempre han denunciado las mentiras oficiales, pero en lugar de recibir respuestas y soluciones, con frecuencia son objeto de burlas en las redes sociales por “trolls” al servicio de la 4T.
A continuación, volveré a transcribir el texto del 6 de octubre:
“El gobierno dice que son grupos de ‘golpistas’ los que tenemos cáncer y seguimos esperando medicamentos. Sabemos que los padres de familia de niños con cáncer dicen la verdad, y que el gobierno federal miente. Méndigos seres inhumanos. Desde antes de llegar al poder sabían de muchos problemas del sector salud y prometieron corregirlos, y hasta al momento están haciendo lo contrario. Mientras tanto los seres más vulnerables, los niños con cáncer están pagando las consecuencias. ¡Cuánta impotencia! A nosotros, los adultos que padecemos cáncer, solo nos dicen que ‘ya vienen los medicamentos’… ¡desde hace más de 2 años! El desabasto de medicamentos oncológicos se dio en la actual administración, con el pretexto infame de que ‘tenían que dejar de hacer millonarias a las farmacéuticas’, y después aseguraron que ‘ya tenían nuevo proveedor y ya iban a comprar los medicamentos’, pero ahora resulta que no comprarán nada, porque los manifestantes son grupos de golpistas. Los niños no saben qué es la política, y ni los niños ni los adultos que estamos esperando medicamentos tenemos colores, pero sí tenemos derechos, derechos constitucionales para recibir atención y medicación… Y el impedirlo es un crimen”.
Hasta aquí el texto de la persona enferma de leucemia mieloide aguda, cuyo caso se repite a lo largo y ancho del país, mientras los altos funcionarios del sector salud pretenden extender sus mentiras, no solo en torno al abasto de medicamentos oncológicos, sino a la conversión de todo el sistema público de salud “muy por encima al de Dinamarca”, cuestión que no conseguirán nunca a base de frecuentes falacias.
A todo lo antes dicho debo agregar otro texto, también sacado del Facebook el 5 de noviembre, donde el mismo paciente actualiza su situación. Transcribo íntegro:
“La recaída de leucemia que me diagnosticaron recientemente fue producto de negligencias médicas; ya había entrado en remisión, estaba a punto de ser sometida al trasplante de células hematopoyéticas de médula ósea, pero por los errores en los diagnósticos, la lentitud de los mismos, el escaso avance de los tratamientos y el desabasto de medicamentos se retrasaron mis dosis de mantenimiento, de las que no hay sustitutos, y vino la recaída severa (…) Ante esta situación pensé en responsabilizar a la institución (el ISSSTE), pero ya ni llorar es bueno. Sería un desgaste que me llevaría más rápido al panteón. Me mandaron a casa a morirme con una supuesta ‘calidad de vida’ que se supone me darían con la quimioterapia paliativa y estimulantes de la médula ósea y que casualmente tampoco tienen. ¡¡AZACITIDINA EN DESABASTO!! (nuevamente en desabasto y no hay sustituto). ¡¡Parece película de terror!! (…) Y a los médicos no les queda más que decirnos ‘lo sentimos mucho, no hay medicamento, vamos a tener que esperar a ver si llega pronto’. No sé si los tres meses que me dieron de vida (ya llevo uno) vayan a esperar también. Tal vez las autoridades (en este caso del citado hospital del ISSSTE) tienen algún control remoto con el que podrán poner pausa a las vidas de los pacientes y darle play cuando llegue el medicamento. ¡¡¡Excelente servicio queridos gobernantes, ojalá Dios quiera que nadie de su familia pase por esto!!!”.
Hasta aquí el sufrimiento de un solo enfermo de cáncer, derechohabiente del ISSSTE, a quien también batearon en el Hospital de Especialidades de Emiliano Zapata, Morelos. Mi conclusión es que A NADIE LE IMPORTA en el sector público, donde solo observamos la simulación, plagada de mentiras, en torno al mejoramiento del sistema de salud pública mexicano, mismo que debe existir en una dimensión paralela, porque las circunstancias de millones de enfermos exhiben su deplorable realidad.
