El presidente López Obrador se ha propuesto acelerar la aprobación de una reforma al Poder Judicial que traería gravísimas consecuencias financieras para el sexenio de Claudia Sheinbaum que inicia el 1 de octubre. Aceptar esa reforma pondrá en evidencia el maquillaje demócrata de la próxima mandataria mexicana.
En fast track, la dirigencia de Morena y la virtual presidenta electa, acordaron la realización de una encuesta para conocer la opinión del pueblo de México sobre el futuro del Poder Judicial. Esa actitud, manifiestamente engañosa, en nada ayudó a la estabilidad del peso mexicano. El resultado fue el que habían propuesto y que se sabía desde un principio, todo a favor de MORENA, un gasto innecesario solo para avalar lo designado desde Palacio Nacional. La verdad expuesta, a votar en contra del Poder Judicial para quitar los equilibrios de poderes y regresar al totalitarismo ejemplar del poder de Luis Echeverría.
La intervención de Banco de México fue una medida precautoria en medio de la volatilidad del mercado, buscando brindar estabilidad y confianza tanto a inversionistas nacionales como extranjeros. El peso ha perdido terreno, no por problema monetario, ni por el triunfo de Claudia Sheinbaum, sino por la insistencia de aprobar esa reforma que sometería el Poder Judicial al Poder Ejecutivo.
Sheinbaum al ser cuestionada sobre las demandas de Estados Unidos respecto a la necesidad de certeza jurídica en cualquier reforma al Poder Judicial para proteger la inversión extranjera y el T-MEC, afirmó que la depreciación del peso frente al dólar es un fenómeno temporal y destacó la fortaleza de la economía mexicana.
El valor de nuestra moneda, en los últimos años, se ha visto demeritado de forma importante por distintos factores. La revisión de algunos indicadores teóricos del tipo de cambio nominal nos lleva a concluir que la depreciación observada de nuestra moneda está plenamente justificada en los hechos y dichos por AMLO y ahora por Claudia Sheinbaum y que, en el futuro, de no dar certidumbre a las variables que lo cimientan, dicha depreciación podría agravarse.
Las perspectivas menos positivas sobre los resultados de las reformas estructurales aprobadas en el país motivaron la incertidumbre y el alejamiento de los inversionistas internacionales. Lo anterior se ha visto reflejado en la perspectiva negativa en que las principales agencias calificadoras han colocado a la deuda nacional en moneda extranjera de largo plazo. Moody’s, S&P y Fitch apuntan que el crecimiento de la deuda pública, los menores ingresos petroleros y una baja recaudación presionan sobre el compromiso de consolidación de las finanzas públicas y limitan el desempeño económico del país, además de una débil aplicación de la Ley y elevados niveles de violencia y corrupción.
Desde octubre del año pasado no se reunía AMLO con el Ingeniero Carlos Slim Helú. El empresario sostuvo este jueves un encuentro privado de casi tres horas con el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien lo recibió en Palacio Nacional. Estaba pactada una comida de trabajo entre el presidente y “el ingeniero Slim”.
La reunión se da en medio de un clima de volatilidad para el peso mexicano y la caída de la Bolsa Mexicana de Valores debido al nerviosismo que prevalece en los mercados financieros ante la Reforma al Poder Judicial que promueve el partido del López Obrador, quien además ha destacado irónicamente que “es más importante la justicia que los mercados” y considera que la turbulencia financiera es temporal y no tendrá mayores repercusiones de cara al cambio de gobierno el 1 de octubre.
Al salir de la reunión, Carlos Slim fue cuestionado sobre la situación financiera de la última semana, considerando que Grupo Carso fue uno de los afectados por la caída en la Bolsa de Valores, no obstante, el hombre más rico de México se abstuvo de emitir declaraciones al respecto.
Hace seis años ocurrió algo similar, pero con la característica que Slim se reunió antes de con AMLO con el presidente electo de USA Donald Trump en la primera entrevista que éste concedió a cualquier empresario del mundo. En aquel entonces, Slim a su regreso se reunió con López Obrador y por lo sucedido en cuatro años, este lo escuchó y remedió los daños causados con las revanchas a sus antecesores.
Hoy veremos si hay resarcimiento o fueron daños colaterales los causados por lo hecho y dicho al magnate mexicano por el saliente presidente de México o lo dejará para que lo remedie la presidenta electa Claudia Sheinbaum.
A fin de renovar la credibilidad en la economía mexicana y fortalecer al peso mexicano es necesario que el próximo gobierno del segundo piso de la 4T cumpla con sus responsabilidades fiscales, reduzca la razón de deuda pública, vigile la debida implementación de las reformas estructurales, promueva el crecimiento económico, vigorice el aparato institucional, el cumplimiento de la ley y el combate a la corrupción y a la inseguridad.
No podemos ser olvidadizos aquellos que vivimos la docena trágica, los gobiernos de Echeverría Álvarez y López Portillo en donde con desenfreno y sin contrapesos, la economía parecía ir de maravilla hasta que en 1982 se produjo la tragedia de nuestro país. La presidenta electa debe ser acuciosa en el trato con los inversionistas mexicanos y extranjeros. Junto con ellos les llevará un buen de años recuperar lo que AMLO tiró a la coladera en solo seis.
Amigos como siempre les dejo un saludo ¡con mucho afecto!
