Esta mañana los magistrados y jueces federales que conforman en 18 Circuito de Morelos hicieron público su posicionamiento ante el paro de actividades que tiene eco en toda la República. Junto con los trabajadores que iniciaron desde hace dos días su reclamo, se oponen a la propuesta de reforma judicial que ha planteado el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Este es el contenido de su mensaje:
POSICIONAMIENTO DE LA ASOCIACIÓN NACIONAL DE MAGISTRADOS DE CIRCUITO Y JUECES DE DISTRITOS, A CARGO DEL JUEZ NELSON LORANCA VENTURA, DIRECTOR REGIONAL EN MORELOS.
Estimados compañeros juzgadores
Compañeros trabajadores
Representantes de los medios de comunicación, gracias por su presencia.
Ciudadanas y ciudadanos de la República.Hoy nos reunimos en un momento crucial para el futuro de nuestra nación. Estamos aquí no solo como juzgadores, sino como defensores de los principios fundamentales que sostienen nuestra República: la independencia judicial, la división de poderes y la protección de los derechos humanos.
Nos encontramos en un punto de inflexión. Una reforma legislativa promovida por el Presidente de la República y tramitada por una mayoría parlamentaria, amenaza con socavar los pilares mismos sobre los cuales se asienta nuestro Estado de derecho.
Este intento de concentración del poder en una sola persona no solo es una afrenta directa a la independencia judicial, sino también un golpe
mortal a la democracia que tantos, antes que nosotros, lucharon por establecer y proteger.
La historia nos ha enseñado que cuando el poder se concentra en manos de unos pocos, la justicia se convierte en un instrumento de opresión, y los derechos de los ciudadanos quedan relegados al capricho de quienes ostentan el poder. Esta reforma, que bajo el velo de una supuesta modernización del Poder Judicial busca centralizar el poder, pone en riesgo no solo la independencia de los jueces, sino también el bienestar de nuestra sociedad en su conjunto.
Como custodios de la ley, es nuestra responsabilidad levantarnos contra cualquier intento de subyugar la justicia a los intereses políticos.
La independencia judicial no es un privilegio de los jueces; es una garantía para todos los ciudadanos. Es el baluarte que asegura que los derechos de cada individuo, sin importar su posición o riqueza, sean protegidos de manera justa e imparcial. Sin esta independencia, el Poder Judicial se convierte en un brazo del poder ejecutivo, y la justicia, en una farsa.Hoy venimos a recordarles a aquellos que usan el sarcasmo como recurso para minar la seriedad de los oscuros momentos que vive la patria, que la justicia debe ser aplicada con integridad, y que el derecho no es simplemente un conjunto de normas que pueden ser manipuladas al antojo de quien ostenta el poder. El derecho, en su esencia más pura,
es un compromiso con la moralidad, con la protección de los derechos fundamentales y con la preservación de la dignidad humana.
La jurisprudencia internacional ha reiterado en múltiples ocasiones la importancia de un Poder Judicial independiente como columna vertebral de un Estado democrático. La Corte Interamericana de Derechos Humanos afirmó que ‘la justicia, para ser justicia, debe ser imparcial y libre de toda injerencia externa’. Es nuestro deber asegurarnos de que nuestro país no se convierta en un escenario donde estas palabras pierdan su significado.
Esta reforma no solo amenaza la justicia; amenaza la estabilidad misma de nuestra nación. Sin una justicia independiente, las inversiones se verán afectadas, la confianza en nuestras instituciones se perderá, y los derechos humanos quedarán a merced de una maquinaria estatal centralizada y autoritaria.
Nos encaminamos hacia una crisis constitucional sin precedentes, una crisis que, de no ser detenida, dejará cicatrices profundas en nuestro tejido social.
Por estas razones, hemos decidido, junto a cientos de personas juzgadoras comprometidas con la justicia, la suspensión de labores jurisdiccionales de manera indefinida en todo el país, a partir de este 21 de agosto, como un acto legítimo de resistencia contra esta reforma y hasta que ésta sea desechada, para dar paso a la construcción de una reforma integral del sistema de justicia, a la que sin duda alguna nos sumaríamos.
Esta acción no es tomada a la ligera. Es una medida extrema en respuesta a una amenaza extrema. No podemos quedarnos de brazos cruzados mientras se desmantelan los principios que juramos proteger.
Hacemos un llamado a todos nuestros compañeros jueces y magistrados, a todos los operadores de justicia, a la sociedad civil, y a cada ciudadano consciente de lo que está en juego: a que nos unámos en defensa de nuestra democracia. Hoy más que nunca, es imperativo que defendamos la división de poderes y la independencia judicial, no solo por nosotros, sino por las generaciones futuras.
El futuro de nuestro país está en juego, y no permitiremos que la justicia sea sacrificada en el altar del poder. Como jueces, nuestra lealtad es y siempre será con la justicia, con la verdad, y con los derechos inalienables de todos los ciudadanos, del pueblo entero. Es nuestro deber, es nuestra responsabilidad, y es nuestra lucha.
Que este sea un momento de reflexión, pero también de acción. Que nuestra voz se escuche alta y clara: la justicia no se vende, no se subyuga, y no se silencia. En nombre de la justicia, en nombre de la libertad, nos levantamos hoy y siempre.
Muchas gracias