En 1979, el escritor y periodista español, Torcuato Luca de Tena, publicó una novela que llevó por título Los renglones torcidos de Dios, misma que fue llevada en México al cine en 1983, con las actuaciones de Gonzalo Vega, Mónica Prado, Manuel Ojeda y Alejandro Camacho, siendo estelarizada por Lucía Méndez.
El argumento se basa en plantear la duda sobre si una mujer que ha sido internada en un hospital psiquiátrico, siguiendo las pistas de un homicidio, es en verdad una detective o una enferma mental. Los efectos de la pandemia postergaron el inicio del rodaje de una nueva versión, que se espera pueda ser estrenada a principios del próximo año.
A lo largo de la trama, la protagonista, Alice Gould, investigadora privada, ingresa a un nosocomio dedicado a la atención de pacientes psiquiátricos, tras las pistas de un homicidio, simulando padecer una paranoia. Pero los acontecimientos, llevan a poner en tela de juicio su cordura, al darse cuenta el espectador que nada en esa historia es lo que parece.
Parafraseo el título y la historia, que bien podría ser la de cualquier otro partido político que haya llegado al poder en México, y no de su época moderna, sino de toda su existencia como nación independiente. Los renglones torcidos que el personal del psiquiátrico trata afanosamente de enderezar, los acontecimientos y las revelaciones, nos llevan a pensar que algo oculto y perverso, sucede en un mundo de falsas apariencias.
Este símil con la política nacional, en el que los políticos no son lo que aparentan y la realidad de sus intereses se encuentra soterrada, bajo los velos de la simulación y la mentira, nos recuerda casos icónicos. Desde un Agustín de Iturbide, coronándose como emperador, luego de saltar de las filas realistas a las insurgentes. A un Antonio de Padua María Severino López de Santa Anna y Pérez de Lebrón, mejor conocido como López de Santa Ana, cuyo mérito en la defensa del Álamo, quedó históricamente opacada por los abusos que cometió durante sus diversos periodos como presidente de México. El espiritista Madero, el ladrón de Carranza, el reelegido Obregón, el vengativo Cárdenas, el enriquecido Alemán, los siniestros Ordaz y Echeverría. Y ya en nuestros tiempos se puede decir mucho de Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña y, por supuesto, de sus colaboradores.
Pero hoy gobierna la autodenominada Cuarta Transformación y le toca pasar por el escrutinio. Varios son los casos ya, algunos de ellos en el debate actual, que pueden poner al descubierto las falsas apariencias de un régimen que, como en el psiquiátrico, ingresan tras las pistas de la corrupción y la inmoralidad, y se va revelando que nada es lo que parece, que de investigadores deberían pasar a investigados, que de demócratas han dado el salto al grupo de los autoritarios, que lo que ellos fustigaban de sus antecesores es lo mismo que cometen.
Hoy inicia el denominado juicio de procedencia para resolver en la Cámara de Diputados si retirarán el fuero a Saúl Huerta de Morena, acusado de abuso sexual, y a Mauricio Toledo del PT, por enriquecimiento ilícito. Estos son sólo dos casos de los reglones torcidos de la 4T. ¿Imagina usted cuántos más habrá?
Y para iniciados
Inevitable pensar… si en el Congreso de la Unión pudo prosperar que se lleve al menos al pleno la discusión para retirar su fuero a un legislador, acusado de abuso sexual, para enfrentar a la justicia, y que el gobernador de Nueva York renunció a su cargo para enfrentar las imputaciones penales por ofensas sexuales contra mujeres, en Morelos haya trascurrido toda la Legislatura actual sin que se mencione ya siquiera el caso Marco Zapotitla Becerro. Deja muchos pendientes el actual Congreso, pero uno de los más delicados es la duda sobre si actuaron como cómplices protectores del cuestionado cuatritransformador y lopezobradorista diputado, que sin duda es otro de los renglones torcidos de la 4T.
Excelente inicio de semana.
La información es PODER!!!