LO FALSO COMO VERDAD EN EXTREMO REALISTA

Por Irradia Noticias

• Advertencia por Deep Fake en campañas electorales
• Incluso con tecnología forense, es difícil determinar autenticidad

Por: Alejandro Cárdenas.

En la era de la tecnología digital y la inteligencia artificial, los Deep Fake están germinando como una tendencia preocupante y peligrosa. El término » Deep Fake » se deriva de la unión de las palabras «Deep Learning» aprendizaje profundo y «Fake» falso, y se refiere a la técnica en la que se utilizan algoritmos de aprendizaje automático para crear vídeos, audios o imágenes falsos extremadamente realistas.
A medida que esta tecnología se desarrolla y difunde, es decisivo que la sociedad, los gobiernos y las empresas tomen medidas concretas para abordar estos problemas y prevenir sus efectos negativos, además; hoy en día cualquiera puede crear una Deep Fake utilizando herramientas disponibles en línea.
El fenómeno de los Deep Fake se ha convertido en una preocupación creciente en la era de la información digital. A medida que los avances tecnológicos hacen que sea más fácil crear y difundir información en línea, también ha facilitado a las personas generar contenido falso y engañoso.
Información inventada o distorsionada, imágenes y videos alterados, páginas web falsas diseñadas con contenido falso y de alta calidad donde se pueden incluso imitar sitios legítimos, pueden ser extremadamente convincentes, lo que dificulta que los usuarios distingan entre lo real y lo falso.
Si bien los Deep Fake pueden ser utilizados con fines lúdicos y creativos, como en la industria cinematográfica, también pueden plantear problemas y desafíos significativos en diversos aspectos de la sociedad y es necesario realizar una advertencia.
Uno de los mayores desafíos con los Deep Fake es que puede propagarse rápidamente a través de las redes sociales y otras plataformas en línea. Las personas pueden compartir y difundir este contenido sin siquiera ser conscientes de que es falso, contribuyendo así a su amplificación y potencialmente dañando la reputación de personas o empresas.
Pongamos como ejemplo la manipulación política. Los Deep Fake pueden ser utilizados para crear vídeos falsos de políticos o líderes gubernamentales diciendo o haciendo cosas que no hicieron en realidad, lo que podría tener un impacto considerable en las elecciones y en la opinión pública. Esto puede erosionar la confianza de la población en los líderes y en el sistema político en general.
Además, los Deep Fake también pueden causar un daño considerable a la reputación de las personas. Imaginemos a alguien cuyo rostro es insertado en un vídeo de contenido sexual explícito sin su consentimiento, lo cual puede causar daños emocionales y psicológicos significativos. Incluso con tecnología forense, puede ser difícil determinar la autenticidad, lo que complica aún más la protección de la reputación de las personas.
A medida que se generaliza la utilización de la tecnología digital, se hace más difícil para la sociedad discernir entre lo que es verdadero y lo que es falso. Esto puede conducir a una sociedad donde la confianza se socava, se duda de la veracidad de los hechos y se fomentan teorías de conspiración. La desinformación generada por los Deep Fake puede tener consecuencias graves, desde la propagación de noticias falsas hasta el aumento de la polarización política.
Dadas estas preocupaciones, es urgente la creación y el desarrollo de herramientas de detección y verificación de contenido falso, así como la promoción de la educación digital y el pensamiento crítico en la sociedad. También, se requerirá una legislación actualizada que aborde específicamente la problemática de los Deep Fake y establezca sanciones para aquellos que los utilicen de manera maliciosa.
La propagación de Deep Fake también plantea problemas éticos y legales. La facilidad con la que se pueden crear y distribuir este tipo de contenido lleva a un aumento en la desconfianza hacia los medios de comunicación y la información en general. La sociedad se enfrenta a un gran desafío para distinguir entre lo real y lo falso, lo que puede poner en peligro, -sin exagerar- la Democracia.
Desde el punto de vista psicológico, los Deep Fake pueden tener también un impacto significativo en las personas. Al ver o ser víctimas de videos o imágenes falsas, las personas pueden experimentar emociones intensas como la vergüenza, la ansiedad o la ira. Estos sentimientos negativos pueden llevar a problemas de salud mental, como la depresión o el trastorno de estrés postraumático.
Ante estos riesgos verdaderos en esa realidad ficticia, es fundamental que los usuarios sean críticos y cautelosos al consumir información en línea. Algunas medidas que se pueden tomar incluyen verificar la fuente de la información, buscar corroboración en diferentes fuentes confiables, y estar atentos a las señales de advertencia, como errores ortográficos o gramaticales, enlaces sospechosos o noticias sensacionalistas.
Además, las plataformas en línea también tienen la responsabilidad de enfrentar el problema del contenido falso de alta calidad. Esto, implica implementar medidas para detectar y eliminar contenido falso, así como educar a los usuarios sobre cómo identificar los Deep Fake y así evitar, -sobre todo en tiempos de campañas electorales- caer en la trampa de lo falso como una verdad en extremo realista.

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