Segunda parte.
El pasado viernes mencioné una de las varias consecuencias que traería la desaparición de los plurinominales en el Congreso de la Unión: la extinción de los partidos políticos pequeños. Hoy toca explicarla, porque no se trata solamente del ahorro de recursos al eliminar 32 senadores y 200 diputados, sino de un cambio sustantivo en los principios que rigen a la democracia mexicana que, por sí solos, llevarían a la reconfiguración del sistema político.
El politólogo y jurista francés, Maurice Duverger, nacido en 1914 y fallecido en el 2014, fundador en 1943 del Centro de Estudios Políticos de Burdeos, precursor de la Ciencia Política, logró muchos avances en el estudio teórico y empírico de los sistemas electorales y de partidos políticos. En particular, fue el primer científico en elaborar una teoría sobre la correlación entre los sistemas de elecciones y la cantidad de partidos políticos que producen.
Duverger demostró que los sistemas electorales regidos bajo el principio de elección por mayoría, es decir, en los que el que gana, gana todo y el que pierde, pierde todo, así haya sido por un solo voto, dan como resultado sistemas predominantemente bipartidistas y antagónicos, mientras los sistemas basados en el principio de la representación proporcional, o sea, la elección a través de listas de candidatos, llamados plurinominales, en las que los cargos se distribuyen conforme a la votación que obtengan los partidos, lleva a la generación de sistemas multipartidistas, ideológicamente de gran variedad.
Así es como, por mencionar ejemplos muy conocidos, en los Estados Unidos, Canadá y Reino Unido, la alternancia en el gobierno ha sido tradicionalmente entre los dos principales partidos, en cada uno de ellos. Claro, sus sistemas electorales se basan en el principio de elección por mayoría, lo que no da cabida a la permanencia en el tiempo de otras opciones partidarias, salvo que su participación sea marginal o esporádica.
En tanto, países como Suiza, Alemania o España son íconos del multipartidismo y, a la vez, del modelo de democracia parlamentaria. España destaca por la gran cantidad de partidos en sus procesos electorales. Contando a las organizaciones partidarias regionales y locales llegaron a competir por el voto más de ochenta partidos diferentes en sus elecciones de 2015. Por supuesto, tal como lo expuso Duverger desde 1972, eso se debe a que el sistema de España es puramente de representación proporcional. Aunque muchos de los más de 4,500 partidos políticos que han existido en España se han extinguido, sigue y seguirá siendo el más claro caso de sistema multipartidista.
Yo identifico al menos tres problemas clave en la propuesta de eliminar a los plurinominales: el primero es que las minorías quedarían excluidas de la representación en el Congreso, lo que llevaría a la extinción de los partidos minoritarios y a la construcción de un sistema bipartidista, pero, segundo, al no ser una democracia parlamentaria, el partido mayoritario podría imponer sus decisiones legislativas sin mayor problema. La oposición sería nulificada. Y, tercero, como la propuesta no contempla modificaciones al sistema presidencial, es decir, a la preminencia del Poder Ejecutivo, la eliminación de los plurinominales favorecería la concentración de poder en el presidente de la República y su partido político ya que, en México, el presidente es a la vez jefe de Estado y líder indiscutible del partido que lo postuló.
Queda muy claro que no se trata únicamente de ahorrar recursos, sino que la principal intención de la reforma es eliminar adversarios y favorecer la concentración del poder para retenerlo el mayor tiempo posible en manos de un mismo partido.
Y para iniciados
Nuestro compañero Jorge Espíndola fue víctima de abuso de autoridad y robo por parte de quienes deberían brindar protección a los ciudadanos: elementos de la policía. Ya presentó la denuncia correspondiente ante las autoridades y los compañeros miembros del mecanismo de protección a periodistas han tomado solidariamente cartas en el asunto. Ningún periodista y ninguna persona tiene por que ser víctima de robo con violencia y menos perpetrado por quienes debieran garantizar la seguridad y la paz. Así, ni cómo ayudar o creer en las corporaciones policíacas. Dan vergüenza, pena y coraje.
La información es PODER!!!
