LA INQUISICIÓN

Por Irradia Noticias

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Durante todas las conferencias de prensa mañaneras del presidente López Obrador en Palacio Nacional prevalecen tres técnicas fundamentales de la propaganda: la primera es la repetición de afirmaciones, muchas veces infundadas, para confundir y manipular la percepción (aunque lo mismo hacen los detractores de AMLO); la segunda es la saturación, para rebasar la capacidad cognitiva de la audiencia; y la tercera es la desinformación, con total desapego por datos, hechos y realidades objetivas (lo mismo hacen sus adversarios).

En otras columnas me he referido a la diferencia existente entre la publicidad y la propaganda, con el objetivo de ubicar en su exacta dimensión dichas apariciones diarias de López Obrador, quien aprovecha los recursos del estado mexicano, desde el Salón Tesorería del Palacio Nacional, para hacer propaganda a favor de la Cuarta Transformación y agredir a quienes no estén de acuerdo con él. Y lo hace con mayor intensidad cuando se difunden los errores de su administración, mismos que jamás reconoce, desplazando las culpas y la responsabilidad hacia los gobiernos anteriores, a los conservadores, a los partidos de oposición, al neoliberalismo y a los periodistas que están “al servicio de la mafia del poder”. Esto parece ser una “santa inquisición”.

Casi siempre, los destinatarios de sus dichos no son propiamente quienes, en el caso de la vida pública nacional, son políticos adscritos a tal o cual partido político, sino a los millones de ciudadanos que constituyen la plataforma electoral del presidente quienes, de alguna forma u otra, son beneficiarios de los programas federales de bienestar.

Este miércoles, López Obrador arremetió de nuevo en contra del periodista Carlos Loret de Mola, quien a estas alturas del sexenio lopezobradorista se encuentra por las nubes, colocado muy por encima de la posición de todo un presidente de la República y/o de un estadista. En lo personal, nunca había atestiguado algo semejante: ver a un jefe de estado descender al nivel de un comunicador social, hoy transformado en uno de los más socorridos, influyentes, leídos, vistos y escuchados porque así lo convirtió el mismísimo López Obrador. 

En la conferencia de prensa de este miércoles se presentó el director general de Petróleos Mexicanos, Octavio Romero Oropeza, para presentar un nuevo esfuerzo dirigido a combatir la escalada de cuestionamientos al discurso obradorista de honestidad, moralidad y combate a la corrupción, derivados del escándalo provocado por un reportaje de Carlos de Loret de Mola referente al presunto tráfico de influencias de su hijo José Ramón López Beltrán y su esposa, a fin de lograr contratos a favor de una empresa vinculada a Pemex. 

A la impugnación contra Loret de Mola se sumó Elizabeth García Vilchis, en su sección “Quién es quien en las mentiras”, con sus respectivos argumentos. Y el propio López Obrador, yo creo que, disponiendo ya de información respecto al multicitado periodista, retó a Loret de Mola a informar públicamente sobre sus ingresos mensuales. AMLO también golpearía este miércoles a Carmen Aristegui y a María Amparo Casar, esta última comentarista de Radio Fórmula y otros medios de información.

Empero, debo reconocer algo que se informó durante la conferencia de prensa mañanera de hoy. Me refiero a la detención de tres presuntos implicados en el homicidio material de la periodista Lourdes Maldonado, acaecido el pasado domingo 23 de enero del año en curso. Faltan indagatorias, pero lo informado la mañana de este miércoles es un significativo avance.

En fin. Como todos los días, en la mañanera de hoy prevaleció la propaganda. Y hoy quiero referirme a la etimología de la palabra propaganda, proveniente del latín propagare, que significa reproducir, plantar, lo que, en sentido más general quiere decir expandir, diseminar o, como su nombre lo indica, propagar. Persigue influir en la opinión de los ciudadanos para que adopten determinadas conductas; supone un conjunto de acciones que, técnicamente elaboradas y presentadas, particularmente por los medios de comunicación colectiva, influyen en los grupos para que piensen y actúen de determinada manera. A lo largo de tiempo, muchísimos autores han tratado y definido a la propaganda, algunos desde una perspectiva que la sitúa como manipuladora de conducta y otros con una concepción “de ruptura” que niegan sus cualidades persuasivas y la coloca como un instrumento revolucionario capaz de validar la desobediencia al sistema.

Las conferencias mañaneras no son ningún ejercicio de transparencia, ni de rendición de cuentas, sino instrumentos propagandísticos para mantener vivas las expectativas de cierto conglomerado nacional y fortalecer las bases de la denominada Cuarta Transformación hacia la renovación del poder presidencial en 2024.

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