1.- La formación de cuadros
2.- J. Sicilia
3.- El diálogo
4.- El avance educativo
1.- En los partidos políticos, como sucede en el fútbol, los grandes tienen cuadros que se forman en sus escuelas, donde confluyen líderes sociales en potencia y personas que están interesadas en la política, para que sea el vehículo para elevar el nivel de vida de las poblaciones al conquistar el gobierno, para conformarlo con los personajes de mayor probidad en cuanto al objetivo de justicia social, entregar los beneficios de los programas de la administración hasta el último de sus habitantes, con infinita honradez que ya ni siquiera debe ser un requisito, sino que sea inherente en los integrantes de esas esferas de poder, para que el tiempo se ocupe en superar las formas actuales para generar otras más eficientes, las que tiendan a mejorar el entorno físico y social de las poblaciones, para que los recursos lleguen con tal equidad que se sienta que por ahí pasó o está un grupo que se preocupa por el colectivo y no sólo por y para sí.
El tricolor en las escuelas y comunidades detectaba a los líderes sociales en potencia para llevarlos a sus estructuras, pero se quedaba en enraizar al partido en las localidades, pero no necesariamente con los valores universales de ética y espíritu de servicio tan necesarios para poder fincar un buen gobierno que vea por la generalidad y no sólo como una empresa de colocaciones que hace justicia a unos cuantos, a los que se encuentran cerca de la autoridad, así no tengan el perfil, así no sean honestos, que con el hecho de que logren multiplicar los bienes para los que están al frente e irradiar a los que los colocaron, basta, aunque las comunidades padezcan a sus autoridades con alto voltaje de depredación, con el agravante de que las que sigan serán peores todavía.
El gran elemento que no se trabaja en los partidos políticos, no lo suficiente, al menos, es la ética que engloba respeto, honradez, disciplina y espíritu de servicio, y si no se insiste en el particular, las posibilidades de superar el grave deterioro social que se padece, es escaso, y más si no se tienen estas escuelas de formación política, por las que deberían pasar todos los personajes que aspiren a estar en el gobierno, con la intención de vivir una superación constante, entregando hasta el último centavo del presupuesto al desarrollo sostenido de las comunidades, a las que se brinden avances progresistas, es decir, que sean para el mayor bien y para el mayor número y por una estadía prolongada
No se puede decir que sea rápido, las cosas al vapor terminan por fracasar, pero si no se inicia más rápido que inmediatamente, veremos en el gobierno, si no las personas ya conocidas, las tendencias de siempre abusando del poder, enriqueciéndose pronto, siendo el vehículo para que se supere el nivel de vida de unos cuantos, en detrimento colectivo. Los que van al frente los conocen pero, o tienen idéntico fin que esa escoria, o no queda otra que recurrir a ellos, pues no hay más para la administración.
Todo vuelve al inicio. Cierro diciendo que es la hora de la formación de cuadros a lo largo y ancho del territorio nacional, no sólo para ganar el gobierno y el poder, sino para servir a la colectividad, con un alto sentido de superación y que el beneficio se socialice.
2.- Javier Sicilia sólo entiende un buen trabajo administrativo si a él conviene, en caso contrario, le encuentra la crítica, en una postura de cazagazapos, comodina, y que no es progresista, ni creo que tenga las mejores intenciones, de ser así, hubiera frenado a Vera que, de rector de la universidad, se convirtió en prófugo de la justicia, abandonado, por cierto, a su suerte hasta por sus más cercanos colaboradores, como lo fue el propio poeta
3.- La falta de diálogo y no otra cosa, por parte del grupo de los Agustines de lágrimas galileicas, fue lo que impidió que se llegara a acuerdos, y si insiste, continuará el fracaso
4.- La educación en el país no tiene ni siquiera un rumbo, prevalece el esfuerzo que se hace en las escuelas, sin que de la autoridad manen innovaciones o adecuaciones por los tiempos que se viven, lo que debe llamar a reflexión para que, al reanudar este ciclo escolar, se sienta la mano de los que están al frente, con un proyecto de largo alcance.
