Sin duda, se ha escuchado a diversos juristas afirmar que la dignidad humana es el derecho humano de mayor valor para una persona, pues a través de él, se garantiza, el poder alcanzar no solo un modo de vida honrosa, sino también de calidad. Lo cual repercute de forma directa en el individuo a quien se le proveen las condiciones idóneas que le permitan adquirir un adecuado desarrollo integral de su persona. Pero, ¿La dignidad es un derecho para todos los seres humanos?
La Corte Internacional de Derechos Humanos, ha definido que la dignidad de la persona es el valor básico que fundamenta a todos los demás derechos, ya que su existencia no sólo protege a las personas contra calumnias, burlas y ofensas de todo tipo, sino que también respalda positivamente la aplicación de los demás derechos.
Su fundamento legal se encuentra en el artículo primero, tanto de la Declaración Universal de los Derechos Humanos como de la Constitución Política Federal, ya que al hacer una interpretación de sus textos normativos,. podemos concluir que la esencia de este derecho atiende a que todos los seres humanos como iguales, y que todos tenemos los mismos derechos; por lo tanto, no puede discriminarse, ni agredirse a nadie por motivos de religión, color de la piel, sexo, identidad, creencias o discapacidades.
El Filósofo y Jurista Español Manuel Atienza, afirma que el núcleo de la dignidad reside en el derecho y en la obligación que tiene cada individuo de desarrollarse a sí mismo como persona y, al mismo tiempo, la obligación en relación con los demás individuos humanos, contribuyendo a su libre e igual desarrollo. Argumento que se comparte, atendiendo a que la dignidad humana, no solo se realiza en favor de terceros, sino que, aun mas importante resulta que toda persona conciba una vida digna para su propio ser, ya que, solo cuidando de uno mismo, y llevando una forma de vivir honorable, se puede entonces extender ese respeto hacia los seres vivos y los distintos miembros de la sociedad, aun con la pluralidad de sus personalidades.
Lamentablemente, a pesar de que este derecho es de índole universal, el mismo se encuentra en crisis, ya que es un hecho notorio que las personas huyen de sus naciones por abusos, y falta de oportunidades generados por los altos índices de violencia que imperan en los estados. Todos los días existen noticias de personas que han sido criminalizadas, agredidas o privadas de la vida, incluso en el Medio Oriente, aun en pleno siglo XXI las mujeres, siguen luchando por derechos tan básicos como son el poder viajar, tener trabajos, recibir educación, entre otros; los cuales al ser prohibidos, de forma flagrante violentan la dignidad humana, pues las limita completamente en su economía y en las aspiraciones de poder superarse y lograr ser autosuficientes.
La manera más óptima de garantizar este derecho, es indudablemente fomentando desde la infancia con los valores universales, ya que la educación familiar, crea ciudadanos libres, respetuosos y empáticos que no solo protegen la integridad de sus vidas, sino también la de otras personas, los patrimonios ajenos, e incluso de los animales. Siendo estas acciones las más importantes en la vida, pues recordemos que el respeto a la dignidad, es la base fundamental del desarrollo humano.